Rammstein hace temblar el centro de Sofía
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La banda alemana Rammstein enloqueció esta noche a más de 80.000 amantes del heavy metal reunidos en el estadio nacional, Vasil Levski, con un temblor ensordecedor que estremeció a la capital búlgara.
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Potentes explosiones y llamas de hasta 15 metros de altura sobresalieron en una representación muy espectacular y nunca vista en estas latitudes geográficas.
Su actuación, la primera en este país balcánico, puso fin al Festival Sonisphere que se celebró durante dos días en Sofía y por cuyo escenario desfilaron bandas como Anthrax, Megadeth, Slayer, Metallica, Alice in Chains y Manowar.
Las bajas temperaturas, de 14 grados, combinadas con el fuerte viento reinante amenazaron con enfriar el entusiasmo del público que se preparaba con gran expectación para dar la bienvenida a los alemanes.
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No obstante la aparición en el escenario de los estadounidenses Manowar sacó a los metaleros de su aparente apatía con clásicos como "Warriors Of The World United" y "The Kingdom Of Steel", previo al gran acontecimiento de la noche.
Incluso el vocalista, Eric Adams, pronunció un monólogo de dos minutos en un brillante búlgaro, que le valió una sonora ovación del público asistente.
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"Recordad siempre que Bulgaria es un gran estado", exclamó.
Y entonces apareció Rammstein, tras la explosión de una vela negra que cubría todo el escenario y, que por debajo, tenía escondida una bandera alemana del mismo tamaño que segundos después se cayó y descubrió a los músicos.
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Tras ellos, el protagonismo fue para sus inolvidables himnos como Sonne, Rammstein, Du Hast y Ich Will, en sintonía con un espectáculo que contó con llamas de fuego, cohetes, petardos, fuegos artificiales y todo tipo de pirotecnia.
El vocalista, Till Lindemann, desafió al fuego al utilizar diferentes instrumentos y equipos para prender llamas por todas partes o para "asar" al teclista de la banda, Christian "Flake" Lorenz.
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Unos "juegos" que contaron con la supervisión en todo momento de 10 equipos de bomberos, dispuestos a intervenir en caso de accidente.
El concierto culminó con el teclista "navegando" con una balsa inflable en un mar de manos del público mientras Lindemann cantaba "Seemann".