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Ramallo reconoce que Camacho le ayudó con unos "encargos"

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El ex vicepresidente de la CNMV y diputado del PP, Luis Ramallo, reconoció hoy que el principal imputado del caso Gescartera, Antonio Camacho, le ayudó con unos "encargos" en el año 2000, a su salida del organismo, y que una supuesta SICAV en Luxemburgo paró el expediente del regulador en 1999.

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En su declaración como testigo ante la Audiencia Nacional, Ramallo relató que, el 16 abril de 1999, se celebró un consejo extraordinario de la CNMV, al que se convocó por la mañana sin figurar la intervención en el orden del día y en el que se decidió, por parte de la mayoría, no tomar esta medida de excepción porque no quedaba demostrado que había, a noviembre de 1998, un agujero patrimonial de 4.500 millones de pesetas.

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A preguntas de las acusaciones particulares, Luis Ramallo dejó claro que "nunca" tuvo ningún negocio con Antonio Camacho, ni recibió cheques de Gescartera, aunque sí dijo que, a partir de diciembre de 2000, tres meses después de su salida de la CNMV, hizo como notario "poderes y legitimaciones" para la agencia de valores, cuya minuta no ha cobrado en su totalidad todavía.

Las cuestiones de las acusaciones y el fiscal se centraron en la reunión de la CNMV, en abril de 1999, cuando, según fuentes jurídicas, los consejeros Pilar Valiente -posteriormente presidenta del organismo-, Luis Ramallo y José María Roldán votaron en contra de la intervención, mientras que el presidente Juan Fernández Armesto y Juan Antonio Barberán -consejero de supervisión- se manifestaron a favor. El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, no pudo asistir.

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Ramallo relató que se abre expediente, el día 6 de abril de 1999, por "cuestiones formales" ("obstrucción" a la investigación), pero, diez días más tarde, se habló en este consejo de la "ampliación del expediente" y el director de supervisión David Vives presentó un informe con este "descuadre patrimonial", del que no existe certeza total para intervenir.

Meses mas tarde, el 20 de junio de 1999, "se nos dice que la cosa va muy bien", que "el dinero ha aparecido" a través de una Sicav en Luxemburgo constituida por el HSBC, que Deloitte&Touche ha dado "una auditoría limpia" de Gescartera y se cierra este expediente sancionador para dar, posteriormente, el visto bueno a la transformación de sociedad general de carteras a agencia de valores.

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"Sentí una satisfacción íntima y dije en aquel momento:¡qué pata hemos podido meter!", pues Camacho y José María Ruiz de la Serna, para quien el fiscal solicita once años de cárcel, querían vender la agencia de valores y la ONCE iba a adquirir más de 20 por ciento del capital social.

En su declaración, Ramallo dio cuenta de su mala relación con David Vives, de quien dudó de su "capacidad técnica", y a quien acusó de hacer frecuentes viajes al exterior por cuenta de la CNMV.

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Vives, en julio de 1999, fue separado de la investigación, a favor del responsable de la Unidad de Vigilancia de Mercados (UVM) y, según Luis Ramallo, fue avisado por el propio vicepresidente de la CNMV de que tratase mejor a los supervisados ("mano de hierro, con guante de seda"), pues habían llegado quejas de que les trataba como "la gestapo".

También Luis Ramallo reconoció que almorzó con el empresario Massoud Zandhi, poco antes de su salida de la CNMV, "a finales de 2000", y que conoció ese mismo día a Antonio Camacho, quien se ofreció al ex vicepresidente de la CNMV para hacer unos "encargos" -"no regalos"_ como "pañuelos, pendientes y relojería" para las personas con las que trabajaba en el organismo regulador.

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Para contar con unos descuentos del 40 o 50 por ciento, Camacho le facilitó varios artículos de lujo a Ramallo y, a cambio, el ex diputado del PP decidió pagarle con un cuadro del pintor Jose Vega Osorio, valorado en más de dos millones de pesetas.

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