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El 'Rafi', acusado de asesinato, se fuga del penal de Sevilla 1

RAÚL BOCANEGRA

Rafael Hidalgo Castro, alias el Rafi, de 28 años, viejo conocido de la Guardia Civil, se fugó ayer de la cárcel de Sevilla 1 junto al marroquí M. L. E., de 22 años. Hidalgo estaba en prisión por varios robos y acusado del asesinato por un disparo en la cabeza de José Reyes, de 51 años, en Bujalance (Córdoba) en noviembre de 2008. Su compañero de celda cumplía una condena de tres años y medio por un robo con violencia y estaba en prisión preventiva por otro robo, según confirmaron fuentes del Instituto Armado. La Guardia Civil activó la búsqueda de ambos fugitivos en aeropuertos y estaciones de autobuses tras ser alertada de la evasión.

Aunque ayer circulaban varias versiones sobre el modo en que los presos lograron huir, Instituciones Penitenciarias no confirmó ninguna. Ambos reclusos estaban en el módulo 7, junto a otros 48 reos, ninguno de ellos terrorista. En el recuento habitual, a primera hora de la mañana, los funcionarios descubrieron que los dos pájaros habían volado. Interior ha abierto dos investigaciones para saber qué medidas de seguridad han fallado.

La detención de Hidalgo

Hidalgo, que había ingresado en 2002 en el penal de Córdoba por varios robos con fuerza y faltas de lesiones para cumplir condenas de siete años y cinco meses, ya se había escapado de esa prisión en 2006, tras obtener un permiso penitenciario de ocho horas para visitar a su madre enferma del que nunca regresó. La Guardia Civil, que le atribuye la friolera de 25 delitos en ese tiempo, entre robos y amenazas, intentó detenerlo desde entonces varias veces, pero siempre sin éxito.

Finalmente, 19 días después de la muerte de José Reyes, a finales de 2008, la Guardia Civil lo detuvo en Andújar (Jaén) en la casa de un amigo suyo, Rafael P. M., que fue acusado de encubrimiento. Este aseguró entonces a los medios que Hidalgo había llegado a su casa días antes. Se había zafado una vez más de la Guardia Civil, que lo tenía atrapado en una casa de campo a 15 kilómetros de Andújar, que Hidalgo recorrió campo a través. En esa vivienda, los agentes hallaron un revólver del calibre 22, armas blancas y tres kilos de marihuana.

El día de la detención, los agentes lanzaron botes de humo y entraron en la casa de Andújar. Hidalgo trató de esconderse debajo de la mesa del brasero, de donde tuvieron que sacarlo. Luego, trató de escaparse una vez más. En el calabozo comenzó a hacer un butrón. Fue atrapado cuando ya había retirado varios ladrillos. Días después, cuando fue llevado al juzgado, obsequió a los informadores lanzándoles varios besos. Al cierre de esta edición, la Guardia Civil seguía con la búsqueda. Otra vez.

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