La buena noticia es que,según un nuevo informe, la cantidad de niños estadounidensesque sufren quemaduras con agua caliente, sustancias químicas yelectrodomésticos disminuyó significativamente entre 1990 y el2006.
La mala noticia es que cientos de chicos todavía siguensufriéndolas a diario.
En los 17 años que duró el estudio, más de 2 millones deniños, adolescentes y jóvenes recibieron tratamiento porquemaduras en departamentos de emergencias en Estados Unidos.
En ese período se registraron casi 121.000 quemaduras poraño, publicó en la revista Pediatrics el equipo de la doctoraLara B. McKenzie.
Sólo el 6 por ciento de los pacientes tratados deemergencia terminaron en el hospital.
La tasa de lesiones por quemadura cada 10.000 niñosdisminuyó un 31 por ciento en el período estudiado, señaló elequipo de Centro de Políticas e Investigación de Lesiones delInstituto Nacional de Investigación del Hospital de Niños enColumbus, Ohio.
La mayoría de las quemaduras se dieron en niños menores de6 años. Ocurrieron en el hogar (el 92 por ciento) y por calor yfuego (el 60 por ciento). Un cuarto fue por líquidos hirvientesy, el resto, por sustancias químicas, electricidad oradiación.
Más de un tercio (el 36 por ciento) fue en las manos y losdedos y un quinto (el 21 por ciento), en la cabeza y la cara.
"Los padres deberían tomar conciencia de cómo estánorganizados los electrodomésticos y la cocina; las quemadurasen la cocina son las lesiones más comunes en pediatría", dijoMcKenzie a Reuters Health.
A los niños, aconsejó la experta, no se les deberíapermitir jugar en o cerca de la cocina, en especial mientras seestá cocinando; y los niños pequeños no deberían operar elmicroondas u otros dispositivos eléctricos.
Lo mejor es mantener la comida y los líquidos calienteslejos de los extremos de las mesas y muebles, y "nunca cargar aun niño mientras se transportan líquidos calientes", dijoMcKenzie.
"Nunca dejar planchas, secadores, enruladores o alisadorespara el pelo cerca de los niños; guardar fósforos,encendedores, combustible y sustancias químicas, y tapar losenchufes eléctricos cuando no se usan", agregó.
McKenzie le sugirió a los padres que coloquen el termostatodel agua caliente en no más de 49 grados Celsius y que instalendispositivos para prevenir las quemaduras con agua caliente enlos grifos, para que se cierren cuando el agua esté demasiadocaliente.
Asimismo, la autora recomendó evitar el uso de fuegosartificiales en el hogar. "Lleven a la familia a ver losespectáculos profesionales de fuegos artificiales en lugar deexperimentar en el hogar", señaló McKenzie.
FUENTE: Pediatrics, octubre del 2009
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