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Próxima parada: Sigüenza

Un viaje al pasado en el Tren Medieval animado con trovadores, zancudos y malabaristas para descubrir esta encantadora ciudad de Guadalajara.

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Medieval, pero también renacentista y barroca. Una ciudad de grandes plazas, nobles palacios, iglesias románicas, plazuelas con soportales, murallas, casas tradicionales, decenas de rincones evocadores y un castillo en lo alto que es el más fiel testigo de tanta historia. Todo ello se descubre en la ciudad de destino del Tren Medieval que, hasta el mes de noviembre, propone una escapada con sabor a otra época.

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Una comitiva de personajes de la época dan la bienvenida a los pasajeros al subir al tren en la estación madrileña de Chamartín a las 10 de la mañana. Durante el viaje, de menos de dos horas de duración, se pueden degustar deliciosas yemas artesanas, dulce típico seguntino, además de oír música medieval en directo y divertirse con las animaciones de trovadores, zancudos y malabaristas.

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Una vez en Sigüenza, comienza la visita guiada por los lugares y monumentos más emblemáticos de la ciudad: el castillo -residencia durante siglos de los influyentes y poderosos obispos seguntinos, los auténticos señores de la ciudad, ahora convertido en Parador de Turismo-, la ciudad medieval, el palacio episcopal -sede hasta el siglo XIX de la Universidad de Sigüenza- y la Plaza Mayor -enmarcada por el edificio del ayuntamiento, las casas de los canónigos y una de las fachadas de la catedral-, donde los viajeros pueden disfrutar de un espectáculo de animación mientras desvelan los secretos de los artesanos medievales.

 

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