La protección por desempleo cae en picado
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Los grandes perjudicados por la crisis económica, aquellos que se han quedado sin trabajo, cuentan cada vez con menos ayuda del Estado para salir adelante. Los datos del Ministerio de Empleo son concluyentes: a finales de septiembre había 4.447.650 parados inscritos en las oficinas del SEPE, antiguo INEM. Sin embargo, sólo 2.391.143 recibían algún tipo de prestación, lo que equivale a una tasa de cobertura del 53%, la más baja de los últimos años.
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Cuando la crisis entró en su fase más dura y empezó a deteriorarse aceleradamente el mercado laboral, allá por 2009, los desocupados alcanzaron en septiembre la cifra de 3.709.447. Pero, al menos, una amplia mayoría cobraban el paro; concretamente, 2.658.507, es decir, el 72% del total, casi 20 puntos porcentuales más que ahora. Hoy, pese a haber aumentado en 738.203 el número de desempleados, disponen ese beneficio 267.304 menos.
Eso significa que hay casi dos millones de personas que, en teoría, no obtienen ingreso alguno después de haber agotado las tres prestaciones existentes: la contributiva, la asistencial y la llamada renta activa de inserción, que es una cantidad fija de 426 euros. La prolongación de la crisis, con la consiguiente subida del paro de larga duración , y el endurecimiento por el Gobierno de las condiciones para acceder a las ayudas explican en buena parte lo ocurrido.
La cobertura de las prestaciones por desempleo ha caído, además, de forma sostenida: del 72% sobre el total de parados en 2009 y 2010, se pasó al 64% en 2011, al 60% en 2012, al 57% en 2013 y al 53% en 2014, siempre tomando como referencia los meses de septiembre. Por el contrario, el número de activos sin trabajo ha subido imparablemente durante esos años, con la única excepción del actual, en el que el paro registrado ha caído en 276.705 personas.
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Por tipo de prestación, la que más retroceso ha sufrido es la contributiva, que requiere un periodo mínimo de cotización: en 2009 alcanzaba a 1.565.448 de personas y ahora llega a sólo 962.129. En cambio, tanto la asistencial como la renta activa de inserción suman más beneficiarios en valores absolutos (1.023.159 hace seis años y 1.429.114 en 2014), no así en proporción sobre el total de desempleados que han agotado la contributiva (51% y 41%, respectivamente).
Aunque el número de perceptores de las distintas prestaciones comenzó a caer en tiempos de Rodríguez Zapatero, el mayor descenso se ha producido desde que gobierna Rajoy. En septiembre de 2014, había 535.955 menos que al cierre de 2011, a pesar de que el paro registrado ascendió durante ese periodo en 25.291 personas.
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Para atenuar la situación de las familias que no cuentan con ningún tipo de ingreso, el Ministerio de Empleo está manejando la posibilidad de ofrecer una ayuda temporal de unos 400 euros a los parados de larga duración. Sería condición necesaria llevar al menos un año sin prestación por desempleo y no podría alargarse más allá de seis mes, cosa que los sindicatos consideran insuficiente.