El presidente de la CEOE critica el exceso de regulación de las tres administraciones
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El presidente de la CEOE, Juan Rosell, critica la gran cantidad de leyes y normas que aprueban cada año las tres administraciones y advierte de que algunas de ellas pueden perjudicar la actividad de las empresas, cuando su cometido debe ser facilitarla para hacer a España atractiva a las inversiones.
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En un artículo no publicado aún al que ha tenido acceso Efe, Rosell asegura que, durante 2010, los diarios y boletines oficiales del Estado y de las comunidades autónomas publicaron 276 leyes, 15 leyes forales, 9 leyes orgánicas, 349 reales decreto, 1 real decreto-legislativo, 14 reales decreto-ley, 543 órdenes ministeriales y 774 reglamentos.
La mayoría han salido de las 876.466 páginas digitales publicadas en 2010 por los diarios y boletines oficiales de las comunidades autónomas, el 17,8 % más que en 2009, precisa el líder de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Según Rosell, los empresarios casi no tienen tiempo de estar al día de todas las disposiciones que en ellas se recogen, lo que no les exime de su cumplimiento.
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Al respecto, avisa de que "un galimatías legal que ponga en entredicho la inversión, la iniciativa empresarial y las ventajas asociadas al mercado único, sólo es obstáculo a la eficiencia y lastre para la mejora de la competitividad"
"Regular mucho no quiere decir regular bien", reitera Rosell, quien, parafraseando a Montesquieu, opina que las "leyes inútiles debilitan a las necesarias".
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El presidente de los empresarios también rechaza en su escrito el "exceso sancionador y con ánimo recaudatorio" de las administraciones, porque "no deja de ser en términos castizos más que pan para hoy y hambre para mañana".
Por ello, aboga por que importe más la "calidad" de la regulación que la cuantía, ya que así se genera confianza, se reducen los costes de su cumplimiento y se "minimizan" los riesgos asociados.
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"Desgraciadamente" concluye que los números (en referencia a las normativas que publican los boletines oficiales) demuestran todo lo contrario, por lo que defiende que se "cambie la dirección cuanto antes y entre todos. Y además rápido".