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Los precedentes de Alberto Casero: ilustres desatinos del sufragio telemático en el Parlamento

El diputado del PP no es el primero ni probablemente será el último; la historia de las votaciones telemáticas en el Congreso de los Diputados es una historia de pifias más o menos legendarias que merecen ser contadas.

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Madrid, Actualizado:

Este jueves se vivió en el Congreso de los Diputados lo más parecido a una ópera bufa. Un enredo parlamentario que pasará a los anales de la Cámara Baja y que llevó al borde del síncope a sus siempre sufridos cronistas.

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El error del diputado del PP Alberto Casero a la hora de votar fue lo que finalmente, y pese a la traición de los dos representantes de UPN, posibilitó la convalidación del real decreto ley de la reforma laboral. 

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Una pifia telemática legendaria que ni siquiera la sobreactuación de la bancada popular pudo mitigar –mención especial aquí a la dupla García Egea-Gamarra– con apelaciones a sospechosos errores informáticos y groseros pucherazos.

Pero no. Todo indica que el diputado Casero apretó el botón equivocado. Un error que, si bien es ciertamente lamentable dada la envergadura de la votación, no es la primera vez que ocurre entre nuestros voluntariosos (y algo distraídos) políticos. Repasemos lo que podría denominarse como breve historial de pifias parlamentarias

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José Luis Ábalos

Ocurrió el pasado mes de noviembre, la Cámara Baja votaba la elección de los magistrados del Tribunal Constitucional. Una elección que, por lo que fuere, pilló al ya exministro José Luis Ábalos en las musarañas. Tanto es así que votó en blanco, según aseguró por error, saltándose el acuerdo firmado entre PSOE, PP y Unidas Podemos, las tres formaciones que pactaron las candidaturas. 

Ábalos achacó su decisión a un "error", e incluso advirtió a los servicios de la Cámara con tiempo suficiente, pero no hubo manera. El voto ya había sido consignado; el error se había consumado.

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El ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, comparece en la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a 23 de junio de 2021, en Madrid. — E. Parra / Europa Press

Mariano Rajoy

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, protagonizaba en mayo de 2017 una de las anécdotas políticas del día. Sucedió durante las votaciones a las enmiendas a los Presupuestos Generales del Estado que se estaban desarrollando en el Pleno del Congreso.

Rajoy se equivocó al pulsar el botón y votó en contra de un par de enmiendas pactadas con Nueva Canarias. Precisamente, el pacto del PP con la formación canaria era lo que estaba permitiendo que el proyecto del Gobierno pudiera salir adelante, sin sobresaltos, en su tramitación parlamentaria. El fallo, más allá de la anécdota, no tuvo mayor trascendencia, por cuanto el de Rajoy fue el único voto en contra de las citadas enmiendas.

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Mariano Rajoy en una imagen de archivo durante un acto homenaje en el Congreso a las víctimas del terrorismo, el 27 de junio de 2017. — Eduardo Parra / Europa Press

Pablo Iglesias

Pero no terminó ahí la cosa. Tras el error matutino de Rajoy, llegó el turno de Pablo Iglesias. Como lo oyen, el que fuera líder de Unidas Podemos, protagonizaba la anécdota vespertina en el Congreso al votar por error a favor de los presupuestos de dos Ministerios del Gobierno de Mariano Rajoy, los de Educación y de Exteriores.

Iglesias repitió el error minutos después al votar también a favor del dictamen de la sección 12, que es la referida al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, lo que extendió las risas incluso entre sus propias filas.

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El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, se toca la cabeza durante una sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, a 10 de marzo de 2021. — E. Parra / Europa Press

Pedro Sánchez

El que tampoco es indemne a los fallos es Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno y, por aquel entonces, secretario general del PSOE. Nos tenemos que remontar a abril de 2015 para comprobar cómo el líder de los socialistas y futuro jefe del Ejecutivo votaba a favor de la reforma de la ley del aborto planteada por el PP durante el primer trámite parlamentario de dicha ley.

Pedro Sánchez, de hecho, tuvo que pedir perdón a través de su cuenta de Twitter ante el revuelo suscitado: "Mi compromiso con la defensa de las libertades de las mujeres menores de 18 años es firme. Lo he defendido siempre en público y siento el error".

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Sánchez hubo de reiterar sus excusas y lo hizo echando mano del mismísimo Catón: "Hay una frase de Catón que dice 'puedo perdonar los errores ajenos, pero no puedo perdonarme los errores propios', y ese fue un error que lamento muchísimo". 

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