La Comisión Europea ha aprobado este martes su plan para movilizar 315.000 millones de euros de inversión adicional durante los próximos tres años, cuyo objetivo es reactivar la economía y evitar una tercera recesión. El plan se basa en la creación de un nuevo Fondo Europeo para las Inversiones Estratégicas, que contará únicamente con 21.000 millones de euros de fondos públicos comunitarios (apenas un 6,6% de la inversión prevista, y no de dinero nuevo, sino ya presupuestado) y con el que se pretende atraer inversión privada para proyectos de transportes, energía, I+D o redes digitales.
El presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker, presentará formalmente el plan este miércoles ante el pleno de la Eurocámara. Se trata de la iniciativa estrella de su programa al frente de la Comisión. Bruselas espera que el Fondo, que debe ser aprobado por los líderes europeos en la cumbre del 18 y 19 de diciembre, esté operativo a mediados de 2015.
El nuevo Fondo aportará, con sus 21.000 millones de euros, una protección parcial de riesgo (es decir, asumirá las primeras pérdidas) al Banco Europeo de Inversiones. Gracias a ella, el banco público de la UE podrá aumentar su volumen de crédito en 60.000 millones de euros y espera movilizar así hasta 315.000 millones gracias a la inversión privada. Para lograr estos 21.000 millones de euros sin aumentar el déficit ni la deuda de los Estados miembros, se creará una garantía de 16.000 millones de euros con el presupuesto de la UE. Pero la garantía sólo se provisionará al 50%, es decir, con 8.000 millones de euros. Este dinero vendrá de sumas ya presupuestadas para infraestructuras (3.300 millones) y para I+D (2.700 millones) y de la reserva prespuestaria (2.000 millones). El BEI aportará los 5.000 millones restantes también de su reserva. El nuevo fondo no emitirá bonos sino que se servirá de los bonos del BEI, que gestionará las inversiones.
Esta construcción de ingeniería financiera ya ha provocado dudas incluso antes de presentarse públicamente. Así, el ministro francés de Finanzas, Emmanuel Macron, ha dicho en una entrevista al Financial Times que los 21.000 millones de euros de capital podrían ser insuficientes para movilizar 315.000 millones de inversión. Para Macron, se necesitaría al menos entre 60.000 y 80.000 millones de capital.
La iniciativa, anunciada por Juncker el 15 de julio en el Parlamento Europeo antes de recibir la confirmación como nuevo presidente de la Comisión Europea, ha sido acelerada dada la renqueante economía europea y la falta de inversiones, que han bajado un 15% desde los niveles de 2007, anteriores a la crisis. Bruselas estima que la iniciativa permitirá crear entre 1 y 1,3 millones de empleos en los próximos tres años
El Ejecutivo comunitario todavía no cuenta con una lista de los proyectos estratégicos que se financiarán con este plan. La selección la realizará un comité de expertos una vez constituido el Fondo, atendiendo únicamente a la calidad y a los méritos de cada proyecto.
La idea es hacer inversiones de largo plazo por unos 240.000 millones de euros y apoyar con otros 75.000 millones a pymes y empresas de mediana capitalización cuando el fondo esté operativo a mediados de 2015. No habrá cuotas por países ni límites en la distribución geográfica de los proyectos o topes en los montos que recibirá cada Estado miembro a la hora de decidir qué programas se beneficiarán del plan. El Gobierno de Mariano Rajoy quiere que el plan sirva para financiar interconexiones energéticas y proyectos de transporte en España.
Bruselas sostiene que, gracias a los estímulos monetarios del Banco Central Europeo, ya hay mucha liquidez en los mercados. El problema es que los promotores de proyectos no asumen la iniciativa por el alto grado de incertidumbre. El plan de inversión servirá, según la Comisión, para aumentar la confianza de los promotores al quitarles parte del riesgo. Las 'líneas rojas' que se ha marcado la Comisión a la hora de elaborar este plan son tres: no poner en riesgo el rating triple A del BEI, no cambiar el presupuesto de la UE para el periodo 2014-2020 y no modificar las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, según las fuentes consultadas.
Bruselas invita a los Estados miembros que así lo deseen a aportar fondos públicos adicionales -bien directamente o a través de los bancos públicos nacionales, como el ICO en el caso de España- para aumentar la potencia del plan de inversión o a contribuir directamente a proyectos concretos. Pero estas contribuciones nacionales extra, que serán voluntarias, sí computarán como déficit o deuda.
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