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La pintura vuelve a la primera línea

Arco pierde en espectacularidad y apuesta por lo seguro

ISABEL REPISO

Si hay algo nuevo que choca en Arco es una clara apuesta por los valores tradicionales. Los focos que en pasadas ediciones acapararon instalaciones enormes y apuestas audiovisuales en 2009 se han movido en una dirección más segura. 'Se ve menos espectacularidad en los stands y cierta falta de instalaciones contundentes, lo cual denota cierta intranquilidad y zozobra en el mercado. Los galeristas no están por la labor de pillarse los dedos', resume Miguel Ángel Sánchez, de la galería ADN.Unos metros más adelante, aún en la zona de Arco 40, Pedro Bonilla, de Raquel Ponce, lanza sus dardos: 'He visto tamaños más asequibles'.

Ante tal panorama está clara la consigna de la presente edición: no jugársela. Y esta teoría se traduce a la práctica en la vuelta a escena de la pintura, devaluada en el pasado más reciente de la feria. 'Hay más pintura que en otras ediciones, lo que de alguna manera ya se anunciaba en otras citas internacionales', sostiene Jorge Mara, de la galería La Ruche (Buenos Aires). Una tendencia esta que 'coincide con las últimas apuestas de museos y grandes instituciones culturales, que son quienes rigen los cánones', apostillan desde la mallorquina Pelaires. ¿Se trata de pura coincidencia o tal vez la pintura se ve como un valor seguro en tiempos de crisis? Más bien lo segundo. Baste echar un vistazo a las galerías españolas con grandes artistas en su nómina. Malborough, Helga de Alvear, Carles Taché y Toni Tàpies apuestan eminentemente por la pintura. Se masca demasiada incerteza en el ambiente para darse a las extravagancias. Y aunque la crisis económica sea de carácter global, las galerías extranjeras también están prevenidas del desplome inmobilario de ámbito nacional, tal y como reconoce Daniele Pescali, de la galería londinense Imago: 'Por supuesto que estamos al corriente. Es mi primera vez en Arco pero por lo que me han comentado colegas ingleses e italianos con más experiencia, esta edición es menos transgresora y más normal... Más tranquila'.

La consigna de esta edición se resume en dos palabras: no jugársela

Rentabilidad garantizada

Más allá de impresiones personales el paso adelante que ha dado la pintura es un hecho. Panorama India sufriría una mutilación considerable sin los hombres doblados de Praneet Soi, los rostros de Riyas Komu, la narrativa panorámica de Kanishka Raja, los interiores clautrofóbicos de Abir Karmakar, o las siluetas sobre fondos monocromáticos de Chintan Updhyay. La sección hindú aporta casi una veintena de telas y eso que es una sección comisariada.

La pintura no sólo es una certeza para los galeristas. En la orilla contraria, la de la demanda, se aprecia la misma apuesta. El pasado miércoles, en la primera jornada de la feria, la galería Estiarte vendió en pocas horas un impresionante lienzo de Miguel Aguirre y otro de Darío Urzay, mientras que Álvaro Alcázar dio salida a los trabajos de Rafael Canogar, Guillem Nadal y Eduardo Arroyo.

«Esta edición es más normal y menos transgresora», dice un galerista

Pero no todos están de acuerdo. Carles Taché, aun presentando un stand salpicado por varios lienzos de Günther Förg, alerta sobre la manía de etiquetar las ediciones de Arco. 'En el arte convive todo y, más que nada, la personalidad de los artistas'. Correcto, siempre que la crisis lo permita.

 

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