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Dos piezas teatrales breves

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01 - El misterio en mitad de la vida ordinaria

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PERSONAJES

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EL HOMBRE

LA MUJER

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Un HOMBRE y una MUJER en una habitación.

MUJER: Estaba pensando en lo extraño que es.

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HOMBRE: ¿Qué?

MUJER: Que la gente sea capaz de vivir con alguien. Días y noches y años. Pasan cinco años. ¿Cómo lo logran? Diez, once, doce años. Dos personas haciendo una sola vida. Compartiendo diez mil veces la mesa. Hablando cara a cara, a cara descubierta, como sándwiches abiertos. Todas las palabras que llenan la habitación. ¿Qué dice la gente en toda una vida? Cada uno atrapado en la sintaxis del otro. La misma voz. Un canturreo tonal repetitivo. Te digo una cosa.

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HOMBRE: Me dices una cosa.

MUJER: Hay un misterio. Los que viven tras las paredes de la casa de al lado, la marrón. ¿Qué dicen y cómo sobreviven a lo que dicen? Tanto diálogo ocioso. La nasalidad. La trivialidad. Estaba pensando en lo extraño que es. ¿Cómo lo hacen, noche tras noche, tantísimas noches, tantas palabras, los pocos que lo hacen y sobreviven?

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HOMBRE: Hacen el amor. Hacen ensaladas.

MUJER: Pero tarde o temprano tienen que hablar. Esto es lo que destroza el mundo. Entiéndeme, ¿no es un destrozo gradual estar ahí sentado, escuchando a la misma persona todo el tiempo, sin rima ni razón? Palabras cuya estela se aleja. Las pausas. Las cláusulas. ¿Cuántos miles de veces puede uno mirar el mismo rostro agotado y observar que la boca empieza a abrirse? Todo ha ido bien hasta ahora. Es cuando abren la boca. Es cuando hablan.

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[Pausa.]

HOMBRE: Sigo con mi resfriado.

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MUJER: Toma eso que tomas.

HOMBRE: Las pastillas.

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MUJER: Los comprimidos.

[Pausa.]

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HOMBRE: Un día muy largo.

MUJER: Muy largo.

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HOMBRE: Una buena noche de sueño.

MUJER: Un día muy largo y muy lento.

[Las luces van bajando lentamente.]

Telón

PERSONAJES

El JUGADOR DE TENIS, de veintipocos años.

El ENTREVISTADOR O ENTREVISTADORA, de más edad.

El JUGADOR DE TENIS, todo de blanco, cae de rodillas en el momento de la victoria: la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados, ambos brazos en alto, uno sujetando la raqueta y el otro mostrando el puño cerrado. Permanece inmóvil en esta postura, su cuerpo resplandece en una luz muy fuerte, con oscuridad en torno.

Cuando suena la voz del ENTREVISTADOR, el JUGADOR DE TENIS empieza a rotar como sobre un eje, completando un único giro de 360º en el transcurso de la representación.

El ENTREVISTADOR, con un micrófono en la mano, surge de la oscuridad unos cinco segundos después de haber empezado a hablar. Se mueve en torno al JUGADOR DE TENIS, en sentido opuesto, deteniéndose ocasionalmente, trazando tantas revoluciones como el diálogo permita.

ENTREVISTADOR: Qué especial tiene que ser, Bobby, rematar así tu carrera, tiene que ser una culminación que hace años sólo podías soñar, habiéndote criado sin un auténtico modelo, sin un instituto de enseñanza media en lo alto de una cuesta, utilizando una raqueta prestada que olía a otra persona, tiene que ser una especie de vindicación, de afirmación, ganar por fin lo más grande, lo que ha venido escapándose todos estos años y de todos estos modos hasta hoy, jugar delante de la Reina, el Rey, el Caballo, el As, habiéndote criado sin un Buick con una rubia dentro, sin una chica de piernas largas y tostadas columpiándose contigo en el balancín del porche, llegar desde atrás para ganar el partido que según decían nunca podrías ganar, los dubitativos y los escépticos, los sabelotodo, esos bajitos tan listos y con un cuerpo tan malo, qué estupendo tiene que ser haber alcanzado por fin tu meta, tantas desilusiones, tantas penas, habiéndote criado sin patillas ni salvador personal, sin comprender para nada el rock and roll, corto de talla y sin aliento pero empeñado en imponerte, tiene que ser una especie de restauración, una eternización, habiéndote criado sin una madre con zapatos planos, encontrándote una raqueta entre los helechos y llevándotela a la cama, obsesionado, deprimido, un chico sin Buick azul con una chica dentro, qué transformador tiene que ser, una chica rubia de cuerpo tostado que resplandece levemente a la luz de la luna, dar mentís a tus críticos por fin, los negativistas y los agoreros, los proveedores de tristeza, los nihilistas y los realistas, haber jugado en presencia de la Madre Reina, del Padre Gay, de las Mujeres Maltratadas, dinos en seguida qué se siente, habiéndote criado sin un año de formación en el extranjero, tantos fracasos, tanta tristeza, nos morimos de ganas de escucharte, tiene que ser una especie de permuta, de concatenación, habiéndote criado sin una chica en campo aleonado, una rubia iluminada por el sol con su vestido de verano que te permite asentarle la mano, que te permite tocar, que dice cosas tímidas de noche, habiendo crecido sin un viejo puente cubierto en las cercanías, qué maravilloso tiene que ser alcanzar tu mayor emoción como deportista en el último día de tu vida, conocer la perfección del cuerpo en el mismo momento en que tu piel pierde el calor y la energía y el pelo y las uñas, y ahora estamos todos envueltos en tus brazos, tú eres el cultivo que nos contiene, se nos está acabando el tiempo, dínoslo cuanto antes, queda poco tiempo, dínoslo.

El ENTREVISTADOR se disuelve en la sombra antes de haber terminado de hablar.

El JUGADOR DE TENIS competa su rotación.

Permanece inmóvil dentro de una intensa luz blanca durante cinco segundos.

Negro.

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