El PIB italiano sufre la mayor contracción desde 1980, con una caída del 5,9%
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El PIB italiano cayó en el primer trimestre del año un 5,9 por ciento respecto al dato del primer trimestre de 2008, un desplome provocado por la crisis económica global que supone la mayor contracción de la economía de Italia desde 1980.
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Al igual que otras economías europeas dependientes de las exportaciones como Alemania, Italia se ha visto gravemente afectada por la crisis económica y con el primer trimestre de 2009 ya son cuatro trimestres consecutivos de caídas.
El mayor periodo de recesión registrado en Italia en la historia reciente se produjo entre 1992 y 1993, cuando el crecimiento fue negativo durante seis trimestres consecutivos, aunque el grado de la recesión fue en aquella ocasión menor que el de la actual.
La contracción de la economía italiana en el primer trimestre del año ha sido sensiblemente mayor que la de otros países gravemente golpeados por la crisis.
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Es el caso del Reino Unido, donde la caída del PIB ha sido del 4,1 por ciento, o España, donde el desempleo avanza rápidamente y podría alcanzar al 20 por ciento de la población activa.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, constató hoy la gravedad de la crisis, pero aseguró que "todos los contactos" del Gobierno con las empresas indican que se está produciendo "una mejora de la situación".
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El líder italiano aseguró que en la crisis "el factor máximo es el psicológico", por eso aseguró que la misión del Ejecutivo es "infundir confianza y optimismo".
El ex primer ministro, Massimo D'Alema, del opositor Partido Democrático (PD), afirmó que el Gobierno de Berlusconi transmite "demagogia y confusión" frente a "la dramática situación del país".
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El Instituto Nacional de Estadística Italiano (Istat), informó hoy del dato que la economía se contrajo un 5,9 por ciento en el primer trimestre, pero también proporcionó estadísticas sobre la evolución de los precios, que se elevaron solo el 1,2 por ciento en abril.
Las ayudas decretadas por el Gobierno italiano para determinados sectores, como el del automóvil, han sostenido en cierta medida el consumo, pero algunos productos vieron como sus precios caían entre marzo y abril, como los relacionados con el gas y la electricidad.
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La mala situación económica italiana se refleja en el estado de las cuentas públicas, que este año incrementarán la deuda de las administraciones hasta una cifra superior al 110 por ciento del PIB nacional.
El Istat anunció la semana pasada que prevé que el déficit fiscal alcance este año el 3,7 por ciento del PIB, un punto más que el del año pasado.
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En números absolutos, el Istat prevé que el déficit italiano alcance en 2009 los 57.677 millones de euros, lo que elevará la deuda pública total hasta 1,7 billones de euros.
Esta cifra implica que el año que viene el Estado italiano tendrá una deuda equivalente al 110,5 por ciento de su PIB, en comparación con el 105,8 por ciento con el que cerró el año pasado, una de las deudas públicas más elevadas del mundo junto a la japonesa.
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A pesar del grave endeudamiento, el Gobierno italiano ha anunciado grandes presupuestos para obras públicas e infraestructuras para sostener la economía, con cifras que rondan los 8.000 millones de euros para varios grandes proyectos.
Este es el presupuesto que se ha planteado el Gobierno para la reconstrucción de la región de los Abruzos, que quedó devastada por el terremoto que mató a casi 300 personas el pasado 6 de abril.
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Berlusconi también anunció recientemente una cifra similar para construir un puente en el Estrecho de Messina, que unirá la isla de Sicilia con la región de Calabria, en el sur de la península italiana.
El último gran proyecto del Ejecutivo italiano para estimular la economía es el Plan Casa, cuyo objetivo es dinamizar el mercado inmobiliario otorgando a los propietarios permisos extraordinarios para reformar sus casas.
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Berlusconi dará permiso para ampliar en un 20 por ciento las casas unifamiliares y adosadas, así como para la reconstrucción de viejos edificios, un plan que según los cálculos del Gobierno, podría poner en circulación 70.000 y 150.000 millones de euros.
Por Fernando Á. Busca