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Periodistas, el 1-O, Netflix... lo que esconden las denuncias políticas de guardias civiles

Se multiplican las denuncias con fondo ideológico por parte de las asociaciones de agentes, que transgreden su principio de neutralidad política en un intento de posicionarse de cara a las elecciones para el Consejo de Personal del cuerpo

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Agentes de la Guardia Civil, durante una ceremonia de graduación. MARCELO DEL POZO/REUTERS

madrid, Actualizado:

Una periodista catalana de referencia informando sobre las protestas contra las detenciones de políticos que organizan la consulta del 1-O, una viñeta satírica de El Jueves que critica a los altos mandos del cuerpo, una publicidad que juega con el cántico "yo soy español" y el nombre de la película de Netflix Fe de Etarras sobre el final de ETA... Todos han sido denunciados en las últimas fechas por miembros de la Guardia Civil, pero no por agentes al cargo de misiones operativas o investigaciones, sino por sus asociaciones profesionales. 

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Los guardias civiles deben mantener la "neutralidad política" en cualquier acción donde hagan uso de su condición de agentes

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Para el colectivo de 65.000 guardias, estas asociaciones son la figura representativa más cercana al sindicato que tienen disponible, puesto que el carácter militar de la Guardia Civil les impide sindicarse. Su función es defender los derechos laborales de los agentes y verificar que disponen de las condiciones y material necesarios para cumplir el servicio que tienen asigando. La protesta de la mayoritaria Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) por la falta de chalecos adaptados a la fisionomía femenina en muchas comandancias es, por ejemplo, una de las reivindicaciones por las que las asociaciones profesionales de guardias suelen saltar a las páginas de los medios de comunicación. 

Sin embargo, estas recientes iniciativas jurídicas —en todos los casos con un marcado fondo político— por parte de algunas de las asociaciones minoritarias han provocado que ocupen espacios periodísticos por cuestiones muy diferentes a su labor representativa. ¿A qué se debe este denodado celo denunciante? En los círculos de guardias lo tienen muy claro: es la precampaña de cara a las elecciones al Consejo de Personal del 24 y 25 de octubre. 

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Los guardias civiles, en precampaña electoral

El Consejo de Personal es el órgano que reúne a los representantes de estas asociaciones, elegidos por todos los guardias, con los altos mandos del cuerpo. Es el único dentro de la rígida cadena de mando del Instituto Armado donde se toman decisiones de manera democrática: está formado por 15 vocales miembros de asociaciones profesionales elegidos mediante el voto, y otros tantos mandos elegidos por la cúpula militar. Tradicionalmente la mayoritaria en el Consejo es la AUGC, que desde 2013 cuenta con 8 vocales para sus 30.000 socios, pero a un mes de la nueva cita electoral muchas minoritarias se juegan su futuro.

Las denuncias políticas buscan llamar la atención de los guardias que no han decidido su voto

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Son precisamente dos de las asociaciones que compiten por su continuidad en el Consejo de Personal las que han emprendido la carrera de denuncias con fondo político, a pesar de que los guardias civiles deben guardar por ley una "neutralidad política" en cualquier acción donde hagan uso de su condición de agentes. Según han explicado diversas fuentes a Público, estas denuncias están encaminadas a llamar la atención de su propio colectivo, es decir, de los guardias civiles que aún no han decidido su voto. 

Por una parte la Unión de Guardias Civiles (UniónGC), que afirma tener unos 7.000 socios (no elevó la cifra oficial en el último recuento de la Guardia Civil en 2016), es la que ha emprendido acciones legales contra Netflix. La asociación considera que la plataforma "humilla a las víctimas del terrorismo" con su propaganda de la película Fe de Etarras, según explicó a este medio su secretario jurídico Faustino Brañas. Para terminar de dejar claro su posicionamiento político, en sus últimos comunicados ha atacado el "sectarismo" del Parlament de Catalunya y a Pablo Iglesias por "alimentar el encono contra la Guardia Civil". Actualmente tiene dos vocales en el Consejo tras lograr 2.222 votos en las elecciones de 2013. 

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La Unión de Oficiales (UO) agrupa por su parte a unos 1.200 mandos del cuerpo y tiene un vocal en el Consejo. Es la responsable de la denuncia contra la periodista catalana Mònica Terribas, directora del matinal de política y actualidad de Catalunya Ràdio El Matí; así como de la denuncia contra el ex teniente del Ejército de Tierra Luis Gonzalo Segura por una viñeta en la revista satírica El Jueves. Eso sí, siempre dando por hecho que sus comunicados adelantando la interposición de denuncias terminan convirtiéndose en acciones legales y no sean solo maniobras para captar atención mediática.

"Dijeron que a mí me denunciaron en abril… Y a día de hoy no me ha llegado ninguna notificación", revela el exteniente Segura, al que su abogado ya avisó del escaso recorrido que tendría la acción: "Entre otras cosas porque ni siquiera denunciaron a El Jueves ni a la persona que hizo el dibujo, ¡solo me denunciaron a mí!", relata incrédulo el exmilitar. "Denunciarme por una viñeta satírica es de lo más retrógrado, pero además creo que al final les perjudica intentar ganar visibilidad con este tipo de actuaciones judiciales, porque cuando todas se te empiezan a quedar por el camino pierdes credibilidad", opina. 

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Una "neutralidad política" un tanto parcial

La Guardia Civil, de momento, permanece en silencio, a pesar de la falta de "neutralidad política" que denotan estas denuncias. Por si fuera poco, algunos medios de comunicación están tergiversando la información que ofrecen sobre ellas, titulando que es la Guardia Civil y no una asociación de agentes quien denuncia. Algo que es, a efectos prácticos, una noticia falsa, y que afecta a la imagen global del cuerpo.

Esta posición de la Guardia Civil como institución contrasta con la que toma ante algunas de las acciones de la asociación mayoritaria, la AUGC. "Cuando nosotros organizamos un acto no nos dejan invitar a líderes de CCOO y UGT, o a un político que quiera venir, porque dicen que eso no se puede hacer ya que los agentes deben respetar la neutralidad política. Y sin embargo las otras asociaciones están tomando unos tintes políticos con sus acciones…", expone resignado Juan Fernández, portavoz de AUGC. 

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Ante la pasividad de la cúpula militar, estas asociaciones minoritarias de guardias civiles están aprovechando el momento político para intentar captar votantes a costa de aumentar la crispación general en torno al referéndum soberanista catalán. "Quieren demostrar que son los que más defienden, los que más acciones hacen… Pero pasará el 25 de octubre y volverán a desaparecer hasta dentro de cuatro años", confía Fernández, de AUGC.

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