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El peor monzón desde 1972 la pobreza rural de India

El grueso de la población dedicada a la agricultura ha quedado fuera del fuerte desarrollo económico que experimenta el país

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Ni las bodas entre ranas ni jóvenes desnudas arando los campos han conseguido provocar a los dioses de la lluvia en India. El subcontinente ha sufrido este verano el peor monzón desde 1972, afectando de este modo al grueso de la población dedicada a la agricultura y que ha quedado fuera del fuerte desarrollo económico que experimenta el país. Las fuertes lluvias entre junio y septiembre son necesarias para regar el 60% de las tierras de labranza en el país asiático.

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El volumen de lluvias durante el monzón indio ha sido un 23% por debajo de lo normal desde principios de junio, según ha afirmado el departamento meteorológico del país, lo que ha dañado las cosechas de arroz, caña de azúcar, trigo, soja y aceite de colza. Los precios de los alimentos han experimentado una fuerte subida en el país asiático, que acoge al 20% de los pobres del mundo.

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"El impacto de un monzón débil puede ser muy severo. No sólo para los campesinos, sino también para los consumidores. En un mes las legumbres han doblado su precio", señala Suruchi Bhadwal, investigadora del Instituto de Recursos y Energía (TERI) de Nueva Delhi. Mientras que la recesión mundial no generó ningún pánico en India al no depender su economía de las exportaciones, el débil monzón, en cambio, ha encendido muchas alarmas en el país ya que dos terceras partes de la mano de obra se dedica a la agricultura.

Mientras que el resto del mundo comienza a recuperarse de la recesión, la economía india parece también dispuesta a retomar el vuelo. Si el Gobierno considera que las proyecciones de crecimiento superarán el 6% este año, ya acaricia la idea del 8% para el próximo, lo que hace de India el segundo país del mundo tras China en crecer a mayor velocidad. Pero este optimismo se enfrenta al hecho de que millones de campesinos todavía miran al cielo para su supervivencia.

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La agricultura aporta tan sólo el 17% de la economía india, pero el consumo rural supone más de la mitad de la demanda interna. Por ello, los inversores temen que la escasa cosecha hará disminuir el importante gasto rural y tendrá un impacto negativo en la economía, a pesar de que otros sectores ya han dado muestras de recuperación.

No sólo hay motivo de preocupación para inversores y consumidores, una ola de suicidios ha ahogado a los agricultores indios durante la última década al no poder hacer frente a sus deudas tras la liberación de la economía en 1991.

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La mitad de las 100 millones de familias indias que se dedican a la agricultura han contraído deudas, según la Organización Nacional de Encuestas. Los campesinos suelen pagar préstamos con un alto interés a entidades privadas, lo que les sumerge en un ciclo de deuda interminable. Muchos optan por quitarse la vida y dejan a las viudas a cargo de la familia. Se calcula que unos 17.500 agricultores se suicidan cada año.

La sequía no sólo afecta a la recogida de la cosecha, sino también al ganado. Los campesinos se ven obligados a revender a bajo precio las reses adquiridas. "Hace seis meses compré dos mulas por 40.000 rupias (580 euros) y ahora no puedo darles de beber", explica a Reuters Ugale, un campesino de la región de Maharastra.

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El Gobierno indio ha tratado de paliar la pobreza rural a través de programas como el Plan de Empleo Rural, que concede 100 días de trabajo por familia en las zonas agrarias y también ha ofrecido ayudas fiscales al campesinado. Ya no suceden las hambrunas de hace unas décadas porque el Gobierno tiene suficiente reservas alimentarias, pero la población crece a un ritmo superior al de los recursos hídricos.

Debido al aumento de temperatura provocado por el cambio climático, India habrá de enfrentarse con más frecuencia a falta de lluvias. Un mejor almacenamiento de grano a lo largo de todo el país, el control de los precios y una mejor distribución de alimentos entre la población más desfavorecida que en muchas ocasiones se ve afectada por la corrupción han sido algunas de las recetas planteadas por el diario The Hindu.

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