El coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, ha presentado una demanda de conciliación como paso previo a una querella criminal contra el presidente navarro, Miguel Sanz, de UPN, por unas declaraciones de éste que a su juicio "suponen una calumnia que supera la crítica política o el insulto".

Zabaleta responde así a unas manifestaciones que Sanz realizó la semana pasada en Madrid y en las que afirmó que el dirigente de Aralar "seguiría en el objetivo de utilizar la lucha armada si no perjudicase la consecución de la territorialidad y de la autodeterminación".

Según explicó hoy Zabaleta a los periodistas, el acto de conciliación planteado "es un intento de que se retracte de una acusación personal y, a mi juicio, constitutiva de calumnia".

Agregó que "en política hay muchos insultos que se aguantan, pero hay alguna línea que hay que respetar y es aquella en la que se pasa a las injurias y calumnias".

Para Zabaleta la actitud de Miguel Sanz "no es tolerable, y menos cuando, como en este caso, lo ha hecho desde la debilidad de su Gobierno y el intento de solucionar los problemas que tiene en su propio partido atacando a otros".

Subrayó que la acusación del presidente de Navarra de que él estaría, "si fuera políticamente rentable, a favor de la violencia", contradice lo que ya venía diciendo desde hace años, incluso cuando estaba en Herri Batasuna, y "constituye una acusación de un delito y eso es una calumnia".

En su escrito de conciliación presentado ante el juzgado de instrucción el dirigente abertzale sostiene que Sanz pronunció las citadas palabras durante una conferencia y que tal afirmación "la llevaba escrita" y fue "contextualizada" y "corroborada" con otras.

Puntualiza, además, que Sanz dio otras explicaciones según las cuales la actitud política del demandante obedecerían a razones de tipo táctico y estratégico, una argumentación en la que "excluyó específicamente los principios éticos".

El coordinador de Aralar, que recuerda además en su escrito que ya requirió a Miguel Sanz "públicamente" para que hiciera una rectificación "y no lo ha hecho", considera que ésta es "una de las muchas ocasiones" en las que el jefe del Ejecutivo foral se refiere a él "excediéndose completamente en la amplia libertad de expresión establecida y reconocida para el debate político y superando también de forma esencial los límites del insulto".