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La patronal prefiere influir en los políticos a pactar un acuerdo

Los sindicatos dicen que la rebelión interna de la CEOE ha evitado el pacto y pide al Ejecutivo que legisle el proyecto de ley con "equilibrio"

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Entre la épica y el lenguaje de patio de colegio, los agentes sociales rompieron ayer por tercera vez una ronda de negociaciones en esta legislatura. El presidente de la patronal, Juan Rosell, y los líderes sindicales, Ignacio Fernández Toxo de CCOO y Cándido Méndez de UGT, se cruzaron acusaciones de cobardía para justificar el final del acuerdo. "No han sido valientes", les recriminó Rosell en varias ocasiones. "No se han atrevido a dar el paso", replicó por su parte Méndez.

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En cualquier caso, la osadía que los agentes sociales debían mostrar con la reforma de la negociación colectiva se quedó en la cuneta. En una precipitada rueda de prensa, Rosell aseguró que "hemos decidido que era mejor dejarlo como estaba", en referencia al estado de las conversaciones, después de que la CEOE presentara un último documento que mantenía las mismas exigencias que se habían incluido el lunes, y que los sindicatos ven inasumibles.

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La patronal niega que haya alterado sus planteamientos en la negociación

Para Rosell ahora toca "esperar e influir en el Gobierno y en los grupos parlamentarios para que hagan lo que es absolutamente imprescindible", bajo la premisa de que "lo que es bueno para nosotros, es bueno para la economía en su conjunto".

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Entre las medidas propuestas por la CEOE está la de excluir del convenio colectivo a todos los que tuvieran cargos de responsabilidad lo que, según Toxo, podría llevar a que hasta un tercio de los trabajadores no tuvieran cobertura. También que las pymes de hasta seis trabajadores no estuvieran sometidas a convenio en los dos primeros años de vida. Por último, se exigía que la empresa tuviera la última palabra en los cambios de turnos, en lugar de pactarlo con los trabajadores.

La patronal negó en todo momento haber alterado sus demandas. "No ha habido ningún cambio de postura por nuestra parte. No hemos cambiado ninguna de las líneas maestras de la negociación", reiteró Rosell. Sin embargo, los sindicatos aseguran que al inicio de la negociación se habían "despejado" varias incógnitas para poder avanzar las negociaciones como el principio de que no hubiera trabajadores que perdieran cobertura o que un convenio decayera al no fructificar su renegociación. También recordaron que una de las premisas con las que se ha trabajado durante estos meses es en la desjudicialización de los conflictos, mediante el uso de sistemas de mediación y arbitraje.

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Toxo revela que el domingo se avisó a Trabajo de que había casi un acuerdo

En este sentido, Méndez refutó la teoría de la CEOE de que no se habían movido de sus posiciones al recordar que la idea de dejar al empresario potestad sobre la flexibilidad interna de una empresa supondría una cascada de demandas judiciales, por lo que el acuerdo perdería el sentido.

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Rosell intentó explicar esta incoherente secuencia de los hechos aduciendo que lo que habían acordado durante estos meses era "música", pero que cuando se sentaron "a poner la letra", fue cuando se dieron cuenta de que el acuerdo era imposible. Según esta explicación, los agentes sociales habrían estado negociando sobre vaguedades hasta este mismo lunes, cuando la patronal dice haber cuantificado sus peticiones. Toxo también rebatió esta idea al recordar que el jueves 26 de mayo, el acuerdo estaba tan atado que los agentes sociales llamaron al ministro de Trabajo, Valeriano Gómez para citarlo el lunes a conocer la redacción del principio de acuerdo. Finalmente, no le pudieron mostrar nada porque fue ese mismo día cuando la patronal se presentó con las nuevas exigencias.

El Gobierno aprobará eldía 10 la reforma por decreto

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Entre las explicaciones del final de las conversaciones, Rosell achacó que su "esfuerzo pedagógico" no había sido suficiente para hacer que los sindicatos "entendieran las necesidades de la economía" y descartó cualquier presión política o una lucha interna de la CEOE. Sin embargo, Toxo sí culpó a la "rebelión interna" de la patronal del final de las negociaciones ya que la patronal madrileña presentó su propia hoja de ruta la semana pasada con altas exigencias.

Las abultadas discrepancias en el discurso de empresarios y sindicatos se acrecentaron aún más cuando entraron a valorar el decreto que debe elaborar el Ejecutivo para el 10 de junio. Rosell ha reconocido que su intención es "influir de todas las maneras que pueda" en la redacción del decreto. Por su parte, los sindicatos enviaron un aviso a navegantes al Ejecutivo sobre el proyecto a tramitar según EP, el Consejo de Ministros verá hoy mismo un primer informe al respecto porque adelantaron que al no ser pactado no surtiría ningún efecto. "El Gobierno debe aprender de errores pasados que son presentes", avisó Méndez en referencia a la reforma laboral. También pidieron al Ejecutivo que no legislara la reforma de las mutuas, un acuerdo que se había pactado de forma paralela a la negociación colectiva y que ahora consideran invalidado.

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Pese a este aparente malestar entre los agentes sociales, las partes se emplazaron a seguir en la mesa de empleo para atacar el paro juvenil. Rosell aprovechó para insistir en la necesidad de un contrato indefinido único ya que los empresarios tienen "pánico a contratar".

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