El patrimonio arqueológico de Lorca, uno de los más extensos de España con más de 500 yacimientos catalogados, es la parte del conjunto de bienes históricos de este municipio que mejor ha resistido la acción de los dos terremotos ocurridos el pasado día 11, en el que apenas sufrieron daños.

Sus núcleos más significativos, la judería y la sinagoga, permanecen casi intactos gracias a sus resistentes estructuras y a la tierra que aún cubre parte de sus cimientos, ha explicado a EFE el director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, Enrique Ujaldón.

El término municipal de Lorca, también uno de los más extensos a nivel nacional, es una zona muy rica en yacimientos arqueológicos por su historia como "ruta de vida y civilización", lo que le ha conferido una significativa "densidad" de restos que se remontan hasta el Neolítico.

Cuando la tierra tembló hace dieciséis días en dos intensas sacudidas, los responsables de los bienes históricos vieron como se venían abajo iglesias y torreones, algunas de un incalculable valor cultural, como parte del Castillo de Lorca.

Fue, según lo describió el propio consejero de Cultura, Pedro Alberto Cruz, "la mayor catástrofe patrimonial ocurrida en Europa durante los últimos años", y la prueba es que todos las construcciones catalogadas sufrieron importantes daños.

Sin embargo, lo que en apariencia refleja mayor deterioro, los restos arqueológicos, han aguantado los movimientos sísmicos sin padecer destrozos significativos.

"Afortunadamente, el que menos desperfectos ha sufrido es el patrimonio arqueológico", confirma Ujaldón, después de haber supervisado una batida de los técnicos por un radio de diez kilómetros desde el núcleo urbano, en los que "apenas se han detectado daños".

En todo este espacio, hay alguna torre "levemente afectada", pero los yacimientos, incluso los que están en el centro de la ciudad "están en perfecto estado".

Según explica, se trata de unas construcciones "muy resistentes" por su estructura y sus materiales, pero además "han sufrido todo lo que tenían que sufrir" durante siglos de Historia, en los que han soportado el "pillaje" y otras acciones adversas.

También tienen a su favor que son restos semi-enterrados, lo que les refuerza ante los movimientos sísmicos, aunque "esto no quiere decir que no se hubieran podido agrietar o mover sus muros", pero en esta ocasión, "no ha sido así", añade Ujaldón.

Un zona que ilustra esta doble situación es la parte alta de la ciudad, donde convive el Castillo de Lorca y los restos de la judería y la sinagoga.

Los terremotos provocaron el desmoronamiento de parte de la muralla de la fortaleza e incluso desplazaron una de las torres, pero los dos citados yacimientos arqueológicos apenas han sufrido un leve desprendimiento.

La sinagoga, según apunta el director general de Bellas Artes, tiene una peculiaridad que le diferencia de muchas otras: fue abandonada sin "recristianizar", condición única para el culto que continuará exhibiendo a pesar de las catástrofes naturales.