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El Papa 'amnistía' a d'Escoto, uno de los líderes de la Teología de la Liberación

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El papa Francisco ha dado su consentimiento para que se levante la "suspensión a divinis" que impedía dar misa y confesar a los fieles al sacerdote y exministro de Exteriores de Nicaragua, Miguel d'Escoto Brockmann, de 81 años.

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El religioso, que pertenece a la Congregación misionera Maryknoll, había sido suspendido por Juan Pablo II en 1984 tras su entrada en el Gobierno sandinista de Nicaragua.Según Radio Vaticana, D'Escoto escribió una carta al papa Francisco para expresarle su deseo de volver a celebrar la Eucaristía "antes de morir".

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El pontífice argentino aceptó la revocación de la "suspensión a divinis" y pidió al superior general de la congregación que siguiese el proceso de reintegración del sacerdote nicaragüense. El decreto de suspensión supone la exclusión del sacerdote de todo trabajo pastoral, se le prohíbe la celebración de la Eucaristía y de la confesión a los fieles

Miguel D'Escoto Brockmann nació el 5 de febrero de 1933 en la Los Ángeles, Estados Unidos, y fue ordenado en Nueva York, en 1961 y se convirtió en uno de los exponentes de la Teología de la Liberación.

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Su colaboración con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) comenzó en 1975 a través del Comité de Solidaridad en los Estados Unidos. Al triunfar la revolución sandinista, D'Escoto fue llamado por la Junta de Reconstrucción Nacional para ser ministro de Exteriores. Tras el regreso al poder del presidente Daniel Ortega en enero de 2007, fue nombrado asesor para asuntos limítrofes y de relaciones internacionales.

"Querido pueblo de Nicaragua, mi sacerdocio es de ustedes" Miguel D'Escoto Brockmann, se declaró feliz de poder volver a ofrecer misa y agradeció al papa Francisco."Querido pueblo de Nicaragua, mi sacerdocio es de ustedes", dijo a medios oficiales el también expresidente de la Asamblea General de la ONU en su primera reacción a la decisión papal.

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Tras conocer el consentimiento del Papa, el sacerdote pidió celebrar una Eucaristía junto al cardenal nicaragüense Miguel Obando Bravo, obispo emérito de la diócesis de Managua. "Yo le dije: cardenal (Obando), si algún día de esto se da antes de que yo me muera, quiero celebrar mi primera Eucaristía con usted, y que me ayude, porque ya se me está olvidando todo, porque en aquel tiempo yo la celebraba en latín".

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