Que pague más quien produzca más basura
El Gobierno busca fórmulas para incentivar el reciclaje y alcanzar el cumplimiento de la directiva europea de residuos
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La directiva europea sobre residuos aprobada el año pasado, y pendiente de transposición en España, obliga a los países a que en 2020 al menos la mitad del peso de los residuos de papel, metal, plástico y vidrio se reutilice y recicle. Para conseguir que los contenedores azul, amarillo y verde se llenen más y los cubos de basura genérica menos, la directiva anima a que los países dispongan de "instrumentos económicos" y deja a su elección el más indicado.
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La regla general en España es que cada hogar pague un impuesto o canon de basuras, que en unos casos va asociado al recibo del agua y alcantarillado y en otros se cobra por separado; pero todos los ciudadanos de un mismo municipio pagan igual, independientemente de la cantidad de basuras que generen en cada hogar, por lo que el principio de quien contamina, paga no se ejecuta al pie de la letra.
El Ministerio de Medio Ambiente trabaja en la transposición de la directiva y analiza diferentes posibilidades para incentivar el reciclaje. En algunos países del norte de Europa cada ciudadano paga en función de la basura que genera con distintas medidas: bien se distribuyen etiquetas para que cada ciudadano las pegue en su bolsa de basura y antes de volcar el contenedor en el camión, se pesa y la magnitud queda registrada en una base de datos; bien se pesa el contenedor y se cobra a la comunidad de propietarios; bien se venden bolsas especiales para basura general con un impuesto, de manera que cuantas más se utilicen, más se paga.
Sin embargo, la aplicación de una tasa individual "en términos de coste y de seguimiento no es planteable", apuntan fuentes del ministerio, por lo que advierten de que "no es lo mismo gestionar un municipio de cuatro millones de habitantes que uno de 70 personas, y no se debe aplicar el mismo modelo". En España, la competencia de la recogida de basuras es municipal. Desde el Ministerio advierten de que "la clave de la buena gestión es la transparencia del ente municipal y que se diferencie la contabilidad de los residuos urbanos".
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Otra de las posibilidades que abre la directiva es que se establezca una tasa en función de la actividad y que los que más residuos urbanos generen, como por ejemplo restaurantes o grandes comercios, paguen en función de la cantidad, ya que no es lo mismo sacar un cubo de basura por bloque de vivienda que seis cubos de un comercio.
Por otra parte, el ministerio quiere promover la reutilización de aparatos. Así, una propuesta es habilitar en los puntos limpios lugares de acopio para aprovechar piezas de ciertos aparatos y destinarlas a un mercado de segunda mano. "Queremos favorecer la entrega de aparatos susceptibles de reutilizarse o repararse, lo que abriría la posibilidad de una nueva actividad económica", apuntan. No obstante, no pretenden entrar en conflicto con las empresas ya existentes del mercado de segunda mano, sino abrir la reutilización a todos los ciudadanos.
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