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El pago ahuyenta a los usuarios de 'The Times' online

División de opiniones sobre el verdadero fin de Murdoch al cobrar por su diario digital

A. G.

¿Qué pretendía realmente Rupert Murdoch al hacer de pago las ediciones digitales de The Times y The Sunday Times: crear un modelo de negocio online, proteger las ventas de sus ediciones impresas o crear un nuevo modelo multimedia a partir de una base de suscriptores? Dos meses después de que el máximo responsable de News Corporation hiciera de pago ambas cabeceras digitales, analistas, responsables de medios y anunciantes están divididos sobre la arriesgada apuesta de Murdoch.

A primera vista, la iniciativa ha sido ruinosa. Según The Independent y The Guardian, desde que The Times online es de pago ha perdido a más del 90% de sus usuarios habituales, quedándose con sólo 15.000 suscriptores. Además, muchos anunciantes han abandonado el barco, sin contar con que los propios periodistas del diario estarían contrariados por la pérdida de audiencia e influencia que supone estar fuera de motores de búsqueda como Google. 'Simplemente, no nos estamos anunciando ahí', explicaba en este sentido a The Independent Rob Lynam, responsable de la agencia de medios MEC, entre cuyos clientes figuran marcas como Lloyds, Orange o Chanel. 'No tiene tráfico, así que no tiene sentido anunciarse en ese sitio', agregaba. Pero también existe un daño posiblemente más difícil de reparar: la pérdida del valor de la marca. 'A nivel de marca, estás acabando con el concepto de The Times como un canal de noticias online y eso es algo muy difícil de recuperar', indicaba por su parte al mismo rotativo el analista de medios Adrian Drury. 'Lo más desalentador para mí es que detrás de esta decisión no parece haber una estrategia para crear contenidos que pudieran diferenciar el producto online', señala por su parte el especialista en periodismo Paul Bradshaw.

A su juicio, las intenciones de Murdoch, más que tratar de configurar un modelo válido de negocio online, se centrarían en 'proteger el producto impreso' de la caída de circulación causada por la fuga de lectores a las ediciones digitales, aunque por ahora las ventas se mantienen sin cambios. También hay quien piensa, como el ex responsable digital del grupo TelegraphMedia, Greg Hadfield, y el propio Bradshaw, que Murdoch esconde bajo la manga una estrategia más sofisticada: contar con una base de suscriptores, de los que se tiene nombre, correo electrónico y número de tarjeta de crédito, para ofrecerles paquetes multimedia. Por ahora, sólo Murdoch y sus colaboradores tienen la respuesta a todos estos interrogantes, y la guardan celosamente.

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