Obama ya no quiere sacar las fotos de las torturas
El Gobierno decide no difundir, como había prometido, las imágenes comprometedoras de los interrogatorios . Teme que su publicación ponga en peligro a las tropas en Irak y Afganistán
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A la vista del escándalo que causaron los informes de la CIA sobre el uso de la tortura, Barack Obama optó ayer por bloquear la próxima desclasificación de fotos igualmente comprometedoras de algunos de los interrogatorios más enérgicos llevados a cabo en las cárceles secretas contra presuntos sospechosos de Al Qaeda, en un espectacular cambio de estrategia que despertó aún más polémica.
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El mes pasado, la Casa Blanca, en un gesto de apertura y transparencia, autorizó la desclasificación de este material que debía hacerse público el próximo día 28.
Ayer optó por dar marcha atrás. "La publicación de estas fotos no añadiría nada a las investigaciones", dijo Obama en unas breves declaraciones, "sólo encenderían los ánimos anti americanos". El mandatario añadió que las imágenes eran parte "de casos ya cerrados" y no eran "especialmente sensacionalistas aunque sí representaban violaciones del código de conducta militar", abusos, insistió Obama, "que son inaceptables y no se tolerarán".
Los mismos argumentos esgrimidos antes por el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, en un desesperado intento por mantener cierta consistencia en la postura del Gobierno. El presidente Barack Obama "considera que las fotos podrían perjudicar la seguridad nacional y ser una amenaza para las tropas", dijo Gibbs, y "no añaden nada a las investigaciones pendientes".
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Obama, informó Gibbs, ha pedido a sus abogados que vuelvan a los tribunales para antes del 8 de junio, cuando acababa el plazo exponer en un nuevo recurso "estos nuevos argumentos", al estimar que la publicación del material gráfico supondría "añadir sensacionalismo" a la labor del Departamento de Defensa que investiga los abusos.
Obama se reunió la semana pasada con el equipo encargado de coordinar el asunto y les contó sus inquietudes tras hablar con los responsables militares en Irak y Afganistán
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Con el ambiente ya caldeado por la reciente desclasificación de los informes de la CIA, Washington quería evitar que se repitiera la polémica que generaron las fotos de la cárcel de Abu Ghraib en 2004.
La discusión parece haber sido muy intensa en la Administración. El mes pasado, el secretario de Defensa, Robert Gates, se mostró preocupado por las fotos y aseguró que sólo podrían generar más violencia entre los grupos terroristas.
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La batalla se librará ahora en los tribunales. El pasado 23 de abril el Pentágono llegó a un acuerdo con la Asociación de Derechos Civiles (ACLU en inglés) que desde 2003 venía pidiendo la desclasificación de este material al amparo de la Ley de Libertad de Información, al igual que lo hiciera con los informes de la CIA.
Las fotos, 44 instantáneas procedentes de 66 casos investigados por el Pentágono y tomadas entre 2001 y 2006, muestran maltratos cometidos por soldados contra detenidos por terrorismo, aunque aparentemente no son tan brutales como las de Abu Ghraib.
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En total, el Pentágono ha tomado medidas disciplinares contra 400 de los suyos, desde la detención hasta la simple reprimenda, por haber maltratado a prisioneros.
En las últimas semanas, Obama fue muy criticado por los conservadores y por el ex vicepresidente Dick Cheney, invisible cuando estaba en Washington, omnipresente en los medios desde que ya no ejerce el poder, por su política de transparencia.
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Cultura de impunidad
En una carta conjunta, los senadores Joseph Lieberman y Lindsey Graham, próximos al ex candidato presidencial, John McCain, pidieron a Obama que no hiciera públicas unas fotos que sólo podían "contribuir a las operaciones de propaganda de Al Qaeda y dañar la imagen de nuestro país".
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Presionado por ambos bandos del espectro político, la decisión de ayer ha puesto a Obama en la paradójica situación de tener que proteger las prácticas cometidas por el equipo de su predecesor y de las que tanto quería desmarcarse.
La Asociación de Libertades Civiles criticó duramente el cambio de postura de Washington. "Estas fotos iban a demostrar que los abusos cometidos contra los prisioneros se llevaron a cabo de forma sistemática dijo Jameel Jaffer, director del proyecto de Seguridad Nacional de la organización "y crean una cultura de impunidad. Es imperativo que los oficiales que autorizaron este abuso de poder sean juzgados por sus actos".
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