Obama impulsará el empleo, se compromete a seguir luchando
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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, colocó a la creación de empleos en el primer lugar de su agenda el miércoles y prometió no abandonar su debilitada campaña por una reforma de salud, después de un revés político que aumentó las dudas sobre su liderazgo.
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"Los empleos deben ser nuestra prioridad número uno en 2010", dijo el mandatario demócrata en su discurso anual del Estado de la Unión, en momentos en que el desempleo en Estados Unidos continúa en un 10 por ciento y la débil economía domina el debate antes de las elecciones legislativas de noviembre.
Obama admitió que ha cometido errores y que su primer año en el cargo fue difícil, pero se comprometió a no abandonar sus esfuerzos para cambiar la manera como funciona Washington y para hacer avanzar su ambiciosa agenda legislativa.
"No me rindo", dijo al Congreso de Estados Unidos. "Aprovechemos este momento (...) para empezar de nuevo, para hacer avanzar el sueño, y para fortalecer nuestra unión una vez más", agregó.
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Obama se comprometió a imponer nuevas regulaciones a Wall Street. Indicó que trabajaría para sacar al país de un "enorme agujero fiscal" y que está dispuesto a usar su veto presidencial para ejercer la disciplina en el presupuesto.
Aún sintiendo el efecto de la pérdida del escaño senatorial de Massachusetts que sufrió su Partido Demócrata, Obama dijo que no dará pie atrás en sus esfuerzos para reformar el sistema de salud de su país y para forjar un consenso bipartidista sobre el cambio climático.
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Pero el puso el mayor énfasis en la necesidad de arreglar la aún debilitada economía estadounidense para reducir la tasa de desempleo.
"La gente está desempleada. Esta sufriendo. Ellos necesitan ayuda. Y quiero un proyecto de ley sobre empleos en mi escritorio sin demora", declaró.
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DESAFÍOS CON EL PRESUPUESTO
Obama propuso una congelación durante tres años en algunos programas de gasto doméstico para detener el creciente déficit del presupuesto.
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Pidió la creación de una comisión bipartidista para abordar los desafíos presupuestarios a largo plazo, tales como el programa de jubilación seguro social y el programa de salud para los estadounidenses ancianos Medicare.
Obama asumió el poder prometiendo llevar cambios radicales a Washington, incluyendo una campaña por una reforma a la salud y un plan para fijar topes máximos a las emisiones de dióxido de carbono para luchar contra el cambio climático.
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Pero la legislación de reforma al sistema de salud se enfrenta a un posible fracaso ahora que los demócratas ya no tienen la "supermayoría" de 60 votos en el Senado para superar los obstáculos de procedimiento interpuestos por los republicanos.
La legislación sobre clima se ha estancado e incluso algunos de su partidarios creen que podría ser dejada de lado este año.
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Pero Obama insistió en que no ha renunciado a la reforma a la salud.
"Para cuando haya terminado de hablar esta noche, más estadounidenses habrán perdido su seguro de salud. Millones lo perderán este año", dijo Obama. "No abandonaré a estos estadounidenses. Y tampoco deben abandonarlos la gente en esta cámara", agregó.
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Criticó el "mal comportamiento" y la imprudencia de Wall Street, y exigió al Congreso que apruebe una robusta legislación sobre normativas financieras.
Obama prometió que presionará contra las presiones de la industria financiera que buscan diluir o matar la ley propuesta.
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"No podemos permitirles ganar esta pelea. Y si el proyecto de ley que termine en mi escritorio no cumple con ser una reforma real, lo enviaré de regreso", dijo Obama.
Muchos de sus aliados demócratas temen que perderán sus escaños en la elección de noviembre, pero Obama destacó las mejoras de la economía e intentó desviar las críticas sobre que la reforma la salud cambió su centro de atención.
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La economía estaba perdiendo cientos de miles empleos cada mes cuando Obama asumió su cargo, pero ha comenzado a crecer lentamente.