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El nuevo Centro de Arte contemporáneo de Barcelona arranca en obras

EFE

El nuevo Centro de Arte Contemporáneo de Barcelona arranca hoy con la exposición "Canòdrom 00:00:00", resultado de un concurso de proyectos para artistas visuales convocado por el CoNCA para dar visibilidad a este nuevo equipamiento artístico todavía en obras.

El nuevo centro nace cuando todavía no está restaurada su sede, el que fuera antiguo Canódromo Meridiana, en un lugar excéntrico de la ciudad, alejado de las centralidades culturales de Barcelona.

La vicepresidenta primera del Consejo Nacional de la Cultura y de las Artes (CoNCA), Pilar Parcerisas, ha anunciado "con prudencia", que la segunda fase de la remodelación podría estar acabada "en marzo de 2011", si bien el presidente de la institución, Francesc Guardans, ha matizado que las obras "quizá hayan finalizado antes de acabar 2010".

El proyecto de este nuevo equipamiento, ha explicado hoy el delegado de Cultura de Barcelona, Jordi Martí, incluirá el Canòdrom y el espacio municipal de arte contemporáneo La Capella.

Martí ha recordado que "en la actualidad el CoNCA y el Instituto de Cultura de Barcelona trabajan en la constitución del Consorcio que constituirán en los próximos meses la Generalitat, a través del propio CoNCA, y el ayuntamiento".

La exposición inaugural del futuro centro, que estará abierta al público hasta el próximo 23 de mayo, presenta nueve de los 81 proyectos presentados en el concurso, todos relacionados con la arquitectura y las antiguas funciones específicas del Canódromo de la Meridiana.

Este edificio, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona, estuvo destinado inicialmente a las carreras de galgos y fue proyectado por el arquitecto Antonio Bonet Castellana en 1962, por el cual recibió un premio FAD en 1963.

La rehabilitación en curso corre a cargo de los arquitectos Xavier Monteys y Josep Maria de Lecea, quienes han conservado el edificio original, que queda fronterizo a un gran parque público cuyo diseño permite adivinar el trazado en el que corrían los galgos tras la liebre.

Antonio Bonet, que fue discípulo de la arquitectura funcional del movimiento racionalista GATCPAC y de las inquietudes del movimiento moderno, diseñó el Canódromo como una estructura ligera y mínima en la que destacan sus pilares de acero, las gradas y las placas de hormigón que hacen de flequillo del edificio.

Una primera propuesta de la exposición, "Arquitectura desplazada", de Xavier Arenós, plantea un vínculo emotivo entre dos arquitecturas de Bonet, La casa de estudios para artistas de Buenos Aires (1939) y el propio Canódromo (1963), "primera de sus obras en el exilio y la primera obra que hizo tras su retorno definitivo a Cataluña", ha recordado Parcerisas.

En los balcones que circundan el antiguo Canódromo, cuelgan banderolas con fotografías del barrio del Congrès, una iniciativa que a propuesta del artista Albert Gusi reproduce el itinerario por el barrio que hicieron vecinos con Jordi, el amigo invidente, y con Maizer, "el perro fotógrafo".

Las fotografías que ahora cuelgan en los balcones son las instantáneas tomadas por la cámara que el perro lazarillo llevaba en su cabeza.

Jordi Mitjà alude a la primera piedra que hay en toda inauguración con su instalación "Dispersión de la primera piedra", un globo gigante hinchable de aspecto pétreo, con el que el artista pretende llamar la atención, pero al mismo tiempo propone un ejercicio de crítica en relación con el uso del nuevo equipamiento.

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