Rafael Nadal, número uno del mundo, dejó a un lado su impresionante victoria en el Abierto de Australia y pidió una reducción de la cantidad de torneos de superficie dura en el calendario del circuito de la ATP para proteger a los tenistas de las lesiones y el cansancio.

A pesar de haber conseguido su primer título en un torneo de grand slam en pista dura el domingo en Melbourne Park, el español dijo el lunes que había demasiados torneos que se jugaban en ese tipo de superficie.

"La superficie dura es más complicada para el cuerpo que el césped o la tierra batida, y siempre jugamos más sobre ella", señaló Nadal el lunes a periodistas.

"En mi humilde opinión, tenemos que cambiar un poco eso", agregó.

Más de la mitad de la temporada se juega sobre superficies duras, incluyendo la pista bajo techo, mientras que un mes se disputa en césped y el resto en tierra batida.

Nadal no ocultó su preferencia por la arcilla, donde ganó cuatro veces Roland Garros, pero se había reservado las críticas a las pistas duras debido a que todavía no había podido ganar un torneo importante en ellas.

"Puedo decirlo (ahora) porque gané un (torneo del) grand slam en pista dura", remarcó el mallorquín, refiriéndose a su gran triunfo del domingo a cinco sets sobre el suizo Roger Federer en la final del Abierto de Australia.

"Si decía esto antes, muchos habrían pensado: 'El quiere cambiar porque es un jugador de tierra batida'. Pero créanme (...), cuando digo esto, estoy pensando en lo mejor para los tenistas y para el futuro", aclaró.

Pese a haber vivido su mejor temporada en 2008, el éxito de Nadal tuvo su coste. El español, de 22 años, llegó exhausto al Abierto de Estados Unidos y una semana después debió retirarse de París por problemas en una rodilla que además le impidieron jugar la Copa de Maestros y la final de Copa Davis.

"El año pasado fue complicado en el Abierto de Estados Unidos. Llegué jugando un tenis de gran nivel, pero sentí durante el torneo que sería casi imposible ganarlo porque estaba demasiado cansado, mental y físicamente", recordó.

Nadal confesó su preocupación por los costes físicos que demanda el calendario e incluso por las secuelas que eso podría tener cuando se retire del tenis profesional.

"Me encantaría jugar al fútbol con mis amigos más adelante cuando termine (la carrera)", admitió el español.

"Pero si sigo jugando así (tantos torneos) tal vez sea difícil hacer deporte después", añadió.

De ese modo, Nadal fue el último de una larga serie de jugadores que propusieron cambios en la manera de delimitar el calendario. Las principales sugerencias se centran en reducir la temporada o postergar un mes su inicio.