Lo que parecía que iba a ser una victoria aplastante se convirtió en una guerra de desgaste para Rafael Nadal, una dura prueba que dejó al español sintiéndose mejor preparado para la búsqueda de su primer título de US Open.

"Fue un buen entrenamiento para mí, ¿no?", dijo Nadal, de 23 años, a los periodistas tras su victoria del viernes en la segunda ronda del torneo por 6-0, 3-6, 6-3 y 6-4 sobre el alemán Nicolas Kiefer que cerró la jornada nocturna del quinto día del torneo.

Kiefer, de 32 años, presentó una dura batalla tras caer en el primer set en 24 minutos.

"Jugar tres horas es una prueba muy buena", comentó Nadal, tercer cabeza de serie, que sólo ha participado en dos torneos desde que interrumpió su temporada durante dos meses tras caer eliminado en Roland Garros debido a una tendinitis en las rodillas.

Kiefer, que en 2000 llegó al cuarto puesto de la ATP, nunca había ganado un set contra Nadal en sus cuatro encuentros previos.

"Creo que se estaba cansando un poco. Podía verlo. Podía sentirlo. No se movía tan bien. Pero una victoria es una victoria, y una derrota es una derrota", dijo el alemán, situado actualmente en el puesto 129 de la clasificación.

"Hoy fue la primera vez que pensé que podía derrotarlo", añadió.

La victoria de Nadal consiguió que los 16 primeros cabezas de serie avanzaran a la tercera ronda por primera vez en un Grand Slam.

Hay "muy buenos jugadores en este momento en lo más alto", afirmó Nadal, que también se quejó de la hora de su partido.

"Es muy tarde. Una y cuarto de la mañana. Tengo que cenar. Es imposible que me duerma antes de las tres y media. Creo que es un poco tarde", afirmó.

Cuando se le comentó que podría llamar a sus amigos en Mallorca porque serían más de las siete de la mañana en España, Nadal bromeó.

"Sí. Probablemente estén volviendo de fiesta", dijo el ex número uno del mundo.

El rival de Nadal en la tercera ronda será su compatriota Nicolás Almagro, que derrotó al estadounidense Robby Ginepri en cinco sets.