Los musulmanes de Srebrenica, decepcionados con la tardía captura de Mladic
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Los musulmanes de Srebrenica, donde las fuerzas serbobosnias mataron a unos 8.000 civiles en 1995, se mostraron hoy decepcionados al considerar que la detención de Ratko Mladic, el presunto responsable de este crimen, llegó demasiado tarde.
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"No significa mucho para nosotros la información de que ha sido capturado. No tengo emociones cuando oigo que la gente habla de eso. Pasó demasiado tiempo en libertad para que ahora se pueda esperar algo del proceso contra él", declaró a Efe Dzemo, un campesino de mediana edad que vive en la zona.
"No hay justicia. Si hubiera habido justicia, no habría ocurrido un genocidio aquí. Si hubiera habido justicia, el mundo lo habría detenido en 1995, no habría dejado que se escondiera todos estos años", indicó al salir de una oración al patio de la mezquita local.
Otros varios campesinos que se acercan, le dan la razón. Casi todos son antiguos refugiados que volvieron a sus hogares en el año 2001, tres vivir años como desplazados en otras partes del país.
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Cultivan la poca tierra que tienen y viven de unas modestas pensiones del Estado bosnio. "Todo el mundo acude a Srebrenica sólo cuando ocurre algo. El resto del tiempo estamos solos, sin que se ocupen de nosotros", se lamenta Dzemo.
Al otro lado de la carretera, un grupo de vecinos serbios continúan, desinteresados, la siembra de sus tierras.
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Srebrenica se encuentra en territorio de lo que hoy es la llamada "República Serbia de Bosnia", una de dos entidades que conforman el Estado bosnio, junto con el ente conjunto de musulmanes y croatas, según el acuerdo de paz de Dayton, firmado en 1995.
Allí murieron a mediados de julio de ese año unos 8.000 varones musulmanes a manos de unidades dirigidas por Mladic, quien fue detenido ayer al norte de Serbia tras 16 años de huida de la Justicia internacional.
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La ciudad, que antes de la guerra tenía una gran mayoría musulmana, cuenta hoy con una población de unos 35.000 habitantes, la mitad serbios y la otra musulmanes.
El anciano musulmán Abdurahman Babajic, de 70 años de edad, cuenta cómo en 1995 huyó de Srebrenica con un grupo de vecinos que durante diez días buscaron en los bosques cercanos una vía segura para salir del asedia serbio.
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"Teníamos hambre, estábamos extenuados, al final no nos interesaba cómo acabaríamos. Partimos hacia los bosques en la víspera de la llegada de Mladic a Srebrenica, porque sabíamos que nos mataría", asegura Babajic, quien perdió a un hijo en la guerra.
"Unos 15.000 o 16.000 vecinos salimos de Srebrenica, pero apenas 5.000 logramos escapar", señala.
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"Ahora, no sé. Es justo que lo hayan detenido y que lo vayan a juzgar. Eso por las víctimas. Pero para nosotros, los vivos, su arresto llegó demasiado tarde. Nosotros nos ocupamos de sobrevivir, somos seis miembros en la familia, y vivimos de una ayuda del Estado de 300 marcos (unos 150 euros)", cuenta resignado.
En Potocari, otro poblado de la zona, donde se encuentra el gran centro memorial con tumbas de las víctimas de la matanza, la musulmana Hatidza Mehmedovic cuenta que perdió entonces a su marido y a dos hijos menores, cuyos cadáveres fueron encontrados en una fosa común.
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Recuerda a Mladic cuando entró en Srebrenica al frente de las tropas serbobosnias, "arrogante y soberbio".
"Se puso una sonrisa cuando llegaron las cámaras de televisión y aseguró que no nos pasaría nada, que los que quieren pueden quedarse, los que no quieren pueden irse en autobuses, que esperaban a unos pocos metros".
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"Entonces ocurrió algo que nunca olvidaré. Cuando apagaron las cámaras, se quitó la sonrisa, y empezaron a dividir a los hombres de las mujeres. Todos los varones de 13 a 75 años fueron separados. Después ocurrió la matanza", cuenta.
Al comentar si hace justicia la detención de Mladic, Hatidza responde que "para este dolor no hay justicia". "No hay justicia que pueda devolver a mis hijos y a mi marido", asegura entre lágrimas.
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"El mundo entero sabía qué pasó en Srebrenica el 11 de julio. Y sabía dónde se escondía Mladic todos estos años. Si hubieran sido sinceros en su intención de arrestarlo, lo habrían hecho hace 15 años. Ahora es un viejo enfermo que lo tendrá mejor en La Haya que en las casas en las que se escondía. Con su habitación, la supervisión médica, estará como en un asilo para ancianos", sentencia.
A pocos kilómetros de allí, en la aldea serbia de Kravica, donde el 13 de julio de 1995 fue asesinado un millar de prisioneros musulmanes, nadie quiere comentar el arresto de Mladic.
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Sólo a condición del anonimato, algunos vecinos acceden a hablar para asegurar que nadie de su pueblo había participado en la matanza de Srebrenica.
Por Nedim Hasic