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Los Mossos concluyen que el cuñado mató al empresario Joan Alsina y cierran el caso

EFE

Los Mossos d'Esquadra han concluido que el asesino del empresario catalán Joan Alsina, que apareció muerto en su domicilio el uno de enero de este año, fue su cuñado, Delio Fernando F.P., quien falleció el pasado septiembre en un accidente de motocicleta que la policía sospecha que se trató de un suicidio.

Fuentes de la policía autonómica han informado hoy a Efe de que los investigadores tenían ya indicios en marzo pasado de que el autor de la muerte del empresario era el hermano pequeño de su esposa, de origen colombiano.

La Vanguardia, que adelanta en su edición de hoy las sospechas de la policía, asegura que las diligencias se llevaron a cabo de manera tan discreta que ni siquiera los familiares tenían idea de hacia donde se encaminaban las investigaciones.

Las mismas fuentes han señalado que los mossos han comunicado ya a la familia del empresario sus sospechas, que han sido acogidas por éstos con "triste sorpresa" al ser el autor del crimen una persona de su entorno familiar más directo.

El cadáver de Joan Alsina, de 51 años y cogerente de la empresa Encofrados J. Alsina, fue encontrado en medio de un charco de sangre el 1 de enero en su domicilio, en el número 35 de la calle Pahissa de Sant Cugt del Vallès (Barcelona).

El cuerpo fue descubierto por una de sus hijas cuando regresó a casa, mientras que su esposa estaba de vacaciones en Colombia, de donde es originaria.

El cuñado del empresario, Delio Fernando F.P., de 39 años y español de origen colombiano, falleció el pasado septiembre cuando la moto que conducía se empotró frontalmente contra un camión en una carretera de la comarca del Maresme.

La policía considera que el accidente no fue "fortuito" y que lo más probable es que se tratara de un "suicidio encubierto".

La muerte del empresario conmovió a la población de Sant Cugat y agudizó el debate público sobre la seguridad en Cataluña, ya que coincidió en el tiempo con el asalto al chalé de los joyeros Tous en Sant Fruitós de Bages (Barcelona), el mes de diciembre de 2006, en el que el guardia de seguridad abatió a tiros a uno de los ladrones.

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