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El Moliner le da entrada a blog, SMS, burka, flipante y "salir del armario"

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Voces tan actuales como "blog", "chat", "inalámbrico", "SMS", "burka", "pilates" o "flipante", y expresiones como "violencia de género" o "salir del armario", figuran entre las novedades de la tercera edición del "Diccionario de uso del español", de María Moliner, que se presentó hoy en Madrid.

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Esta edición, publicada simultáneamente por Gredos y Círculo de Lectores, contiene unos 12.000 términos nuevos de un total de 94.000 entradas y, aunque tiene como referencia el español que se habla en España, incorpora también numerosos americanismos. De hecho, los dos tomos del María Moliner se comercializarán en Hispanoamérica.

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Cuando María Moliner publicó en 1966 su gran diccionario, tras quince años de trabajo en solitario, la palabra "informática" no existía y "ordenador" era sólo el que ordenaba algo. Estos ejemplos sirven para ilustrar la evolución que ha experimentado en pocas décadas la sociedad y la necesidad que había de actualizar una obra que su autora concibió "como una moderna y eficaz herramienta de trabajo".

En 1998, Gredos publicó una segunda edición con 7.700 nuevas entradas, y la que ahora llega a las librerías contiene más de 12.000 novedades que reflejan el lenguaje actual utilizado en campos tan diferentes como el de la técnica, el ocio, la sexualidad, la política, la economía y el deporte.

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Así, del ámbito de las nuevas tecnologías llegan al Moliner voces como "blog", "chat", "e-book", "cuenta de correo", "dirección", "dominio", "hipervínculo", "hacker", "intranet", "bajar", "descargar", "inalámbrico", "manos libres", "móvil", "buzón de voz", "SMS" y "rellamada".

El "chill out", esa zona de las discotecas donde se puede escuchar música tranquila, o el "jazz latino" figuran entre las novedades musicales, en tanto que "dream team", "enduro", "pilates", "gym-jazz" o "fitness" lo harían entre las deportivas.

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El lenguaje médico se enriquece con voces como "anisakis", "ébola" y "fibromialgia", y de las terapias alternativas llegan al Moliner la "aromaterapia" y la "digitopuntura" (o shiatsu).

Novedades como "batasuno", "batzoki", "euroescéptico" o "islamista" proceden de la terminología política, mientras que voces como "burka", "fatwa", "feng shui" y "kefía" evocan otras culturas.

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Como dijo hoy el director del Diccionario, Joaquín Dacosta, en la presentación, María Moliner se basó para su gran obra en la edición de 1956 del Diccionario de la Real Academia Española, pero "lo enriqueció" con el lenguaje de la calle y de los medios de comunicación.

Por eso el Moliner suele incluir expresiones que no figuran en el DRAE, y en esta edición incorpora algunas tan frecuentes en España como "salir del armario" o "violencia de género", y cuando define matrimonio habla de "unión de una pareja humana", independientemente del sexo de quienes la formen.

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El temido "euribor" y la "masa salarial" tienen también su entrada en el Moliner, que incluye numerosos anglicismos y términos coloquiales o del argot como "rayarse", "flipante", "pintar bien" o "pintar mal" y "farlopa".

La presentación del Diccionario reunió hoy en la sede del Instituto Cervantes a la directora del mismo, Carmen Caffarel; al ministro de Cultura, César Antonio Molina, que lo definió como "la gran novela de las palabras"; al lexicógrafo y académico de la Lengua Manuel Seco, autor del prólogo, y a los directores de Gredos, José Manuel Martos, y de Círculo de Lectores, Joan Tarrida, además del ya mencionado Dacosta.

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El ministro destacó la "ayuda fundamental" que el María Moliner ha supuesto para los que, como él, se dedican a la literatura, y dijo que la autora de esta magna obra debe figurar entre los creadores porque "escribió una gran novela de las palabras" e indagó "en la vida" de las mismas y en "su significado".

Manuel Seco, autor de importante diccionarios, eligió cuatro palabras para resumir la trayectoria de Moliner: la "vocación" que la llevó a acometer cuando tenía 50 años un diccionario tan ambicioso; la "decisión" que mostró al "trabajar en soledad" durante 15 años; el "realismo" que se planteó como objetivo para conseguir "una obra útil" y "una herramienta total para el uso del idioma", y la "autoexigencia" con que llevó a cabo el proceso.

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