Cargando...

Moebius deja la marihuana y se pone místico

Norma publica 'Inside Moebius', una autobiografía de Jean Giraud con viñetas

Publicidad

La humildad no suele ser la mayor virtud de los escritores: crean sus personajes, deciden de su vida y de su muerte, se otorgan el poder de Dios. Hasta que los personajes pidan cuentas, se rebelen contra su creador, quien, sin ellos, no es nadie.

Publicidad

Una reflexión parecida, entre misticismo y paranoia, está atormentando a Jean Giraud. Un nombre que no suena a casi nadie, porque Jean Giraud también es Moebius y Moebius, también es Blueberry, Arzak, el Mayor Fatal. Tantos personajes que nacieron de la pluma de uno de los dibujantes más influyentes de la historia de la bande dessinée.

Click to enlarge
A fallback.

Giraud tiene 71 años y Moebius, un poco menos, aunque lo que preocupa al creador no es su carrera, sino el mismísimo sentido de la vida. Desde que se perdió en un desierto de México en 1957, Moebius siempre y sus obras lo reflejan había sido místico, aunque su realidad cambió cuando decidió dejar de fumar marihuana.

El resultado de esa búsqueda es Inside Moebius (Norma), una autobiografía con viñetas, como si fuera una terapia para saber si dejar de fumar no implica abandonar el mundo de las fantasías, de la creación.

Publicidad

"Utilizo cosas de la esquizofrenia para crear mis personajes"

"Al principio, sólo quería dejar en el papel aquellas sensaciones y reflexiones que surgieron tras dejar de fumar. Porque durante años, la marihuana fue para mí una herramienta de trabajo", confesó el jueves en Madrid el artista. Insiste: "Ojo. No relato cosas que hago en la vida real, sólo es mi mundo de creación, con mis personajes, sus virtudes y sus debilidades".

Publicidad

Se publican ahora los dos primeros tomos (reunidos en uno por Norma) de una serie de seis. Gracias a esas viñetas, Moebius aprendió "mucho", porque sabe que sus personajes "pedían existir, querían vivir". ¿Moebius, esquizofrénico? "Para nada. Uso cosas de la esquizofrenia para crear. Pero hablar de sí mismo sin irrisión es una imbecilidad", responde.

Publicidad