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Miles de tailandeses cercan el Parlamento para derribar al Gobierno

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Varios miles de manifestantes cercaron hoy el Parlamento de Tailandia en un intento de forzar la caída del Gobierno, tras más de cinco meses de protestas y brotes de violencia que han sumido al país en una profunda crisis.

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El portavoz de la Cámara Baja, Chai Chidchob, se vio obligado a suspender la reunión parlamentaria después de que los seguidores de la Alianza del Pueblo para la Democracia (APD), organizadora de las manifestaciones, cortaran el suministro eléctrico y los accesos al hemiciclo.

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Los cerca de 16.000 manifestantes consiguieron que se suspendiera la sesión, pero la "batalla final" anunciada por sus líderes para el lunes, fue un episodio más de la campaña de acoso y derribo del Gobierno y su primer ministro, Somchai Wongsawat.

Chidchob anunció más tarde que la sesión, en la que debían aprobar los asuntos de la próxima cumbre en diciembre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) en la ciudad tailandesa de Chiang Mai, tendrá lugar el 8 ó 9 de diciembre.

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Después de que pusieran fin al cerco en torno al Parlamento, los activistas de la Alianza se manifestaron frente a la Comisaría de la Policía Metropolitana, mientras que otros cientos se concentraron en los accesos al viejo aeropuerto internacional de Don Muang, donde está ubicada la oficina temporal del Gobierno.

En la sede gubernamental, ocupada por los seguidores de la Alianza desde el pasado agosto, los líderes de las protestas proclamaron la victoria por haber conseguido impedir la celebración de la sesión en el Parlamento.

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El domingo, el dirigente antigubernamental y ex gobernador de Bangkok, Chamlong Srimuang, un general retirado que combatió en la guerra de Vietnam, aseguró que si la Alianza no conseguía derribar al Ejecutivo, abandonarían las protestas que se suceden desde mayo.

Sin embargo, el primer ministro Wongsawat, reafirmó en declaraciones hechas a la prensa tailandesa desde Perú, donde participó en el Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), que no baraja dimitir e hizo un llamamiento al diálogo.

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"Debemos hablar y lograr la reconciliación", dijo Wongsawat, quien tiene previsto regresar a su país el próximo miércoles.

Protegidos por cientos de voluntarios provistos de palos y barras de metal, los manifestantes continúan con ambiente festivo acampados en el recinto del palacio gubernamental, bien surtidos de comida y bebida gratuita.

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Los sindicatos del sector público, que representan a unos 200.000 trabajadores de 43 empresas estatales, reiteraron que mañana martes declararán una huelga en todo el país de apoyo a la Alianza y si el primer ministro no renuncia.

"Puede que mañana o dentro de tres días, pero los días de este Gobierno y sus aliados están contados", señaló convencido unos de los manifestantes atrincherados en la sede gubernamental.

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El asedio al Parlamento comenzó una pocas horas después de la explosión de cuatro artefactos cerca de una estación de televisión afín a la Alianza antigubernamental, y pese a que la semana pasada dos manifestantes murieron y unos 30 resultaron heridos en sendos ataques con granadas de mano llevados a cabo por desconocidos.

El episodio más sangriento de la campaña ocurrió el pasado 7 de octubre, cuando una manifestante murió y más de 400 resultaron heridos a causa de los gases lacrimógenos lanzados por los policías antidisturbios.

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Los seguidores de la Alianza acusan al Gobierno de ser un títere del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto mediante un golpe de Estado en 2006 y sobre quien pesa una pena de dos años de cárcel por abuso de poder.

Shinawatra, que se encuentra en Dubai, afirmó que regresará a Tailandia si el rey, Bhumibol Adulyadej, le concede el indulto y recibe el respaldo de los ciudadanos.

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Tailandia está inmersa en una crisis política desde poco después de la victoria en las elecciones de diciembre de 2007 de los aliados de Shinawatra, cuñado del actual primer ministro.

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