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Miles de opositores demandan nuevas elecciones en el Día de la Independencia

EFE

Miles de opositores georgianos salieron hoy a las calles para demandar la repetición de las elecciones legislativas del 21 de mayo y sus líderes adelantaron que boicotearán la labor del nuevo Parlamento.

"El pueblo exige que (el presidente, Mijaíl) Saakashvili se persone en el mitin y anuncie la anulación de las fraudulentas elecciones", aseguró Koba Davitahsvili, uno de los líderes opositores, durante un multitudinario mitin.

La oposición llamó a la Comisión Electoral Central (CEC) a no anunciar los resultados oficiales de los comicios.

"Exigimos que la CEC no lo haga, ya que de lo contrario nuestra protesta ganará fuerza y no nos conformaremos con los mítines", advirtió ante unos 10.000 partidarios de la oposición.

La manifestación opositora coincidió con la parada militar celebrada en la céntrica avenida Rustaveli de Tiflis para conmemorar el 90 aniversario de la proclamación de la independencia de Georgia.

Debido a la protesta, el desfile, en el que tomaron parte más de dos mil soldados y reservistas y al que asistieron Saakashvili y el presidente polaco, Lech Kaczynski, únicamente duró unos 30 minutos.

La multitudinaria protesta comenzó en la explanada que se encuentra frente al Palacio de los Deportes de Tiflis, donde se congregaron unos miles de opositores, que posteriormente marcharon por la principal avenida de la capital.

Varios miles de personas que habían asistido al desfile se unieron después a los opositores y rodearon el edificio del Parlamento.

El líder del bloque Oposición Unificada (OU), Leván Gachechiladze, intentó acceder al edificio para exigir a la cámara la convocatoria de "unas nuevas elecciones", pero las fuerzas especiales se lo impidieron.

"Lucharemos contra el régimen, pero nuestra lucha será pacífica. Los actos de protesta continuarán diariamente hasta que las autoridades ordenen la repetición de los comicios", dijo.

Tras esto convocó un "grandioso mitin" opositor para el 10 de junio, fecha en la que tiene previsto celebrar su primera sesión el nuevo Legislativo, con el fin de boicotear sus labores, y adelantó la próxima creación de un Parlamento "paralelo".

"La oposición no reconoce como legítimos los pasados comicios legislativos y renuncia a sus mandatos de diputado. Demandamos la repetición de las elecciones", señala el memorándum firmado por los principales líderes opositores.

Saakashvili, acusado por la oposición de encabezar un Gobierno "criminal" y "antipopular", aseguró que el lenguaje de "ultimátum" utilizado por la oposición es "inaceptable".

"El pueblo georgiano ya ha hecho su elección, elegido un Parlamento y comenzará a trabajar en los plazos establecidos" por la Constitución, dijo.

El presidente aseguró que su partido, el oficialista Movimiento Nacional Unido, que obtuvo 120 de los 150 escaños en el Parlamento unicameral, "respeta a la minoría".

Por lo que, añadió, "la minoría debe, a su vez, respetar la mayoría y la opinión del pueblo. El diálogo es la única alternativa".

Al mismo tiempo, tendió la mano a todas las fuerzas políticas y se mostró "dispuesto" a la cooperación en nombre de los intereses "generales" y en aras del "florecimiento" del país.

En Tiflis se teme que las nuevas protestas opositoras desemboquen en violentos enfrentamientos entre la policía y los manifestantes, como los ocurridos en noviembre pasado y que dejaron ocho muertos.

Entonces, Saakashvili ordenó la dispersión de las manifestaciones por la fuerza, decretó el estado de excepción y convocó elecciones presidenciales anticipadas.

En su valoración de las elecciones georgianas, la misión de observadores del Consejo de Europa (CE) concluyó que no se correspondieron "plenamente" con los estándares internacionales debido a una "serie de problemas".

Los observadores del CE criticaron tanto el escrutinio, como el hecho de que las autoridades cambiaron unilateralmente la ley electoral en vísperas de la votación.

Por su parte, la misión de los observadores de la OSCE declaró que, aunque en los comicios se produjeron "irregularidades", éstos no influyeron en el proceso electoral, que "fue libre".

El oficialismo obtuvo 120 diputados, mientras los partidos opositores -OU (16), Partido Laborista (6), Movimiento Cristiano Demócrata (6) y Partido Republicano (2)- se repartieron los 30 escaños restantes.

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