Cargando...

"Mi hermano me dijo que íbamos a verlo pronto"

Los familiares piden información a Patxi López en un encuentro privado

Publicidad

Los 36 marineros del atunero Alakrana cumplen hoy tres semanas secuestrados sin señales que apunten una pronta liberación. Y sus familias ven pasar un día tras otro sin recibir apenas noticias. Ni saben cómo están ellos ni en qué punto se encuentran las negociaciones con sus captores.

Publicidad

Los familiares piden información a Patxi López en un encuentro privado

Click to enlarge
A fallback.

Las manifestaciones públicas de las familias en busca de apoyo se han convertido en un hábito estas semanas. No se cansan de pedir ayuda. Ayer, habló de nuevo Argi Galbarriatu, hermana de Iker, el capitán del Alakrana. Hace ya tiempo que no tiene noticias de él. La última vez que tuvieron ocasión de contactar, Iker se interesó por saber "cómo estábamos todos por aquí". "Me dijo que la cosa estaba bien y que nos veríamos pronto", dijo.

La espera, sin embargo, se prolonga y la preocupación se acrecienta tras una semana sin recibir noticias. La desolación volvió a palparse por todo ello ayer en el encuentro que mantuvo el lehendakari, Patxi López, con algunos familiares. Antes de la cita, privada y cerrada así a las cámaras, Argi Galbarriatu aclaró que le iban a pedir información acerca de "cómo va la negociación y sobre cuestiones que tenemos todos en la cabeza".

Publicidad

Municipios vascos y gallegos protestan hoy por la libertad de los secuestrados

En casa de José Luis Vildosola, el ayudante de cocina del barco, prefieren no hablar. Al otro lado del teléfono, su hijo Ekaitz se muestra desesperado. "La situación no está para hablar", contesta, lacónico.

Publicidad

Esa desolación inundará hoy la concentración convocada en Bermeo de forma conjunta por los ayuntamientos de esta localidad vizcaína, Mundaka, Ondarroa, Santurtzi y Sestao, de donde son oriundos los siete marineros vascos del Alakrana. A la protesta, con el lema Liberad a nuestros arrantzales, se sumarán también los municipios gallegos de Val Miñor, Baiona, Nigrán y Gondomar.

La convocatoria no ha estado exenta de polémica. La consejera de Pesca del Gobierno vasco, la socialista Pilar Unzalu, declaró el miércoles que la protesta suponía una "utilización política del dolor de las familias". Estas reaccionaron molestas y, a la postre, Unzalu acabó ayer rectificando. El Gobierno vasco decidió, sin embargo, no ir a la movilización.

Publicidad