Merkel vuelve a cargar contra los derechos de los europeos del sur
La canciller alemana exige que recorten sus vacaciones y atrasen la edad de jubilación. Campa rechaza una homologación "estricta"
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"Alemania ayuda, pero lo hace sólo cuando los otros se esfuerzan. Y eso hay que demostrarlo". Así de tajante se expresó anteanoche Angela Merkel, que aprovechó un acto de su partido para volver a atentar contra los derechos sociales de los países del sur de Europa. Lejos del talante conciliador de las últimas semanas, la canciller alemana recuperó su antigua perorata al exigir que se armonice la jubilación y los días no laborables en la UE. A la vista de que Europa no sale del bache, quiere que los que acumulan más deuda recorten vacaciones y atrasen la edad de retiro.
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No se trata sólo de no endeudarse más, "sino de que en países como Grecia, España o Portugal no se puedan producir jubilaciones antes que en Alemania" y "de que todos se esfuercen un poco de igual manera; esto es importante", apuntó Merkel, que acaba de prolongar el retiro de los alemanes, que pasará de 65 años a 67 de aquí a 2029. La canciller vinculó la concesión de ayudas a Grecia con duras negociaciones. Un discurso de armonización por el bien "de la moneda común" que no es nuevo; ya lo planteó en la cumbre europea de marzo pasado, cuando convenció a sus socios de la UE para aprobar una versión edulcorada de su Plan para la Competitividad, rebautizado como Pacto para el Euro.
"Alemania ayuda, pero sólo cuando los otros se esfuerzan", dice Merkel
Las declaraciones de Merkel fueron respondidas desde el Gobierno por el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, quien dijo que el Ejecutivo apoya la integración europea en distintas áreas, pero eso no debe suponer una homologación "estricta" de las condiciones laborales. Desde CCOO, su portavoz, Fernando Lezcano, instó a Merkel a comparar los salarios y la protección social de Alemania y otros países y recordó que, según la OCDE, España es uno de los países donde más horas se trabaja.
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En línea con la tesis de Campa, Jesús Ruiz Huerta, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos, cree que "no está mal, para hacer más fácil la Unión monetaria, equiparar condiciones de trabajo", pero reclama "cierta flexibilidad en su aplicación", que es "muy compleja". "Es posible que haya más vacaciones en España que en Alemania, pero también hay más horas de trabajo, y diferencias en la intensidad y tipos de empleo".
Según la OCDE, España es uno de los países donde más horas se trabaja
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Alberto Montero, de la Universidad de Málaga, considera un "disparate" la propuesta de la canciller alemana. "No entiendo la incidencia que puede tener la diferencia en los días de vacaciones sobre los desequilibrios estructurales que existen en el aparato productivo de la UE", dice Montero, que atribuye esos desequilibrios a una "diferencia de productividad" y apuesta por "un mecanismo para equilibrar las balanzas comerciales entre los países", informa A. M. Vélez.
El mensaje de Merkel, que se apoya en el cliché europeo de que los sureños somos unos vagos, también suscitó rechazo en Alemania. "La crisis de los mercados financieros no está relacionada con los días festivos de un país, sino con la falta de herramientas para controlar la especulación", critica Annelie Buntenbach, miembro de la presidencia de la DGB (Federación de Sindicatos Alemanes). En su opinión, los costes de la crisis no deben en ningún caso recaer sobre los asalariados y los recortes sociales no son la solución. La sindicalista defiende que "Merkel está totalmente convencida de que, al igual que en Alemania, el freno a la deuda y los recortes sociales son ideales para Europa y cree que con ello ganará votos" entre los antieuropeístas.
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La oposición acusa a Merkel de populista, de cargar los votos sobre las espaldas de la población griega y de alimentar un resentimiento antieuropeo con su propuesta. "Vuelve a fijarse en los votos, en lugar de los argumentos objetivos", acusó en la edición digital de Der Spiegel el líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel. El presidente de la Izquierda, Klaus Ernst, va más allá: "Merkel hace política europea no como canciller alemana, sino como jefa de partido".
Con los datos de los expertos y de organismos como la OCDE y la propia Comisión Europea, los argumentos de Merkel no se sostienen, ya que las diferencias no son tan abismales. Aunque en Alemania los días mínimos de vacaciones apenas son 20 (una de las cuotas más bajas de la UE), frente a los 22 de España, en la práctica sus ciudadanos tienen como mínimo 30 jornadas de vacaciones y los españoles, 36. Una tesis que apoyan desde el Ministerio alemán de Trabajo, al incidir en la diferencia que existe entre los días festivos por ley y las vacaciones finales, que normalmente son fijadas por los convenios de empresa.
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Respecto a la jubilación, independientemente del límite legal de 65 años, los hombres y mujeres germanos se retiran a una edad media de 61,8 y 60,5 años, respectivamente. En España, los hombres se retiran a la misma edad y las mujeres trabajan incluso más tiempo (hasta los 63,4 años).