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Merkel impone todas sus políticas de austeridad

La disciplina presupuestaria supera en los resultados de la cumbre a las medidas contra la especulación

 

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Desde hace dos años, cuando estalló la hoguera griega, cada cumbre es la última. Ya sea una reunión de los líderes de la moneda única o incluya a los cada vez peor avenidos 27 socios de la Unión Europea, cada cónclave se presenta como el definitivo, el que tumbará la peligrosa especulación con deuda soberana.

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Ayer, en los pasillos del Consejo de la UE, un funcionario echó las cuentas. Desde que en septiembre de 2008 Lehman Brothers y se inaugurase oficialmente la peor crisis económica en 80 años, la UE y la eurozona han celebrado 25 cumbres de jefes de Gobierno en distintos formatos. De ellas emerge una Europa más poderosa y autónoma en todos los frentes, como reconocen todos los observadores del proceso. Pero Europa hoy no es sinónimo de la UE de los 27 o la eurozona de los 17, sino que remite como un acto reflejo al directorio formado por Nicolas Sarkozy y Angela Merkel. El presidente francés se suele ocupar de la puesta en escena y la canciller alemana de imponer la mayoría de sus tesis. Todo ello a pesar de que son dos países con un alma económica distinta, ya que Francia comparte más postulados con Italia o Francia y Alemania guarda más semejanzas con Holanda o los países nórdicos.

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Todas las exigencias de Alemania recogen el Pacto del Euro aprobado en marzo

Sólo la reacción de los mercados financieros en las próximas semanas determinará si cumbre de ayer haya logrado el objetivo. A tenor de la pasión desplegada ayer por Merkel, tras este acuerdo sólo puede volver la calma a la alemana, es decir, sin sorpresas. "Se trababa de no alcanzar compromisos podridos para el euro y lo hemos conseguido", aseguró. "Todo el mundo podrá ver que hemos aprendido de los errores pasados", añadió. La canciller, que había repetido en los últimos días el mensaje de que la eurozona había prostituido su palabra a través de los muchos titubeos en la gestión de la crisis, concluyó ayer que Europa ha demostrado "que la credibilidad se escribe con mayúsculas".

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No hablaba en primera persona, pero podría haberlo hecho. Merkel ha articulado cada párrafo en el diseño de las nuevas medidas de austeridad aceptadas por sus socios. Aunque a priori sólo pretendía que fuesen vinculantes para la moneda única, las exigencias del Reino Unido a cambio de respaldar un cambio en los tratados comunitarios desembocaron en un nuevo texto legal en la madrugada del viernes

Hasta 23 países, la eurozona y seis más, lo suscribieron de inmediato para acercarse al calor de Alemania, primera potencia económica y demográfica. Otros tres (Suecia, República Checa y finalmente Hungría) se comprometieron a pedir permiso a sus parlamentos para firmar el texto. David Cameron, que pretendía conseguir concesiones en materia de servicios financieros que nada tenían que ver con el contenido de la cumbre, vetó el cambio de los tratados europeos y fue expulsado del acuerdo. A medio plazo, la gran enemistad granjeada con Merkel y Sarkozy podría costarle caro a un país ya acostumbrado a ser la incómoda piedra en el zapato de las decisiones que se toman en Bruselas.

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Los sindicatos europeos anuncian movilizaciones contra la austeridad

Desde el Pacto del Euro

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Todas las exigencias de Merkel estaban en el Pacto del Euro, que firmaron los mismos 23 países en marzo. El pacto, contestado por los sindicatos en multitudinarias manifestaciones y menospreciado por muchos porque no iba acompañado de mecanismos para hacerlo cumplir, se comenzó a diseñar en diciembre de 2010 y fue exigido en público por la canciller en enero pasado.

Entre sus medidas recogidas por el acuerdo de anoche están el límite al déficit en la Constitución, el control exhaustivo de los presupuestos, los castigos automáticos a los incumplidores de la disciplina presupuestaria y el inicio de un camino de convergencia en materia de impuestos, legislación laboral o de pensiones. A cambio, Merkel aceptó que se presten 200.000 millones de euros al FMI por si hacen falta para rescates y que se adelante la entrada en vigor y se flexibilicen las opciones de intervención del nuevo fondo de rescate, que el año que viene convivirá con el actual. A los eurobonos o a que el BCE financie el fondo de rescate, la canciller se negó y sus socios no tuvieron más remedio que aceptar.

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El primer ministro polaco teme que lo acordado no calme a los mercados

Los sindicatos, los mismos que protestaron en las calles contra el Pacto del Euro, anunciaron ayer movilizaciones. No estarán muy apoyadas por Gobiernos de izquierda, ya que no hay ni un puñado en la UE y los que hay aceptan el pacto. La Confederación Europea de Sindicatos aseguró que el acuerdo "no restaurará el crecimiento sostenido ni dará empleo a millones de personas", sino que producirá su enfado por el recorte del estado del bienestar que acarrearán. En un comunicado, su secretaria general,Bernardette Ségol, aseguró que en vez de un pacto fiscal, "Europa necesita un pacto social" que preserve los sueldos, la autonomía de los trabajadores y el progreso de los derechos laborales. Según Cándido Méndez, secretario general de UGT, es "vergonzoso" que se tomen medidas como las de ayer de espaldas a los ciudadanos o el Parlamento Europeo y advirtió de que contribuyen a la "degradación" de la situación económica y coquetean con la recesión.

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Otras voces de la izquierda aseguraron que "Alemania ha impuesto desde hace tres años un diagnóstico y unas recetas desastrosas", en palabras de Juan Fernando López Aguilar, portavoz del PSOE en la Eurocámara, cuya opinión dista mucho de la expresada ayer por el presidente en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero. Según López Aguilar, el pacto consagra "una sobredosis de anemia presupuestaria" que perjudica "a los más débiles".

Si el análisis de la izquierda es certero, el acuerdo de ayer no funcionará por desatender las políticas de crecimiento, imprescindibles para pagar las deudas. Donald Tusk, el primer ministro de Polonia, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, abonó la tesis.  "Los países de la eurozona y un grupo de países más han llegado a un acuerdo, pero esto no es lo suficientemente significativo para calmar a los mercados", auguró.

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