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"La mejor parte del país fue la que se alzó el 18 de julio"

Ministro con Franco, Manuel Fraga siempre reivindicó el golpe de Estado de 1936.

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'Es evidente que el glorioso alzamiento popular del 18 de julio de 1936 fue uno de los más simpáticos movimientos político-sociales de que el mundo tiene memoria. Los observadores imparciales y el historiador objetivo han de reconocer que la mayor y la mejor parte del país fue la que se alzó, el 18 de julio, contra un Gobierno ilegal y corrompido, que preparaba la más siniestra de las revoluciones rojas desde el poder'.

La frase la escribió Manuel Fraga Iribarne, muerto hoy en Madrid a los 89 años, hace poco más de 50 desde la Oficina de Información Diplomática. Gran defensor de la dictadura franquista, que nunca llegó a condenar de forma expresa —tampoco lo ha hecho el partido que fundó, AP, transformado luego en el PP—, inicio su carrera política subido a la ola del golpe de Estado de 1936. Ocupó el Ministerio de Información y Turismo entre 1962 y 1969, siete años marcados por la Ley de Prensa, la censura y el fomento del turismo —incluso bañándose en Palomares para corroborar que las aguas no estaban contaminadas de radioactividad— como una de las bases de la economía española.

Durante el periodo en el que Fraga fue ministro se produjo el fusilamiento, en 1963, del dirigente comunista Julián Grimau tras un  proceso carente de pruebas acusatorias de unos presuntos delitos ocurridos treinta años antes, durante la Guerra Civil.

Al ser detenido, Grimau fue detenido y trasladado a la Dirección General de Seguridad. Allí fue arrojado a un callejón desde un segundo piso, una caída que le produjo  graves lesiones en el cráneo y en ambas muñecas. Según el relato de Grimau, en un momento de la sesión de tortura a la que fue sometido por sus interrogadores, fue agarrado y arrojado por la ventana. Estaba esposado con las manos delante. El ministro de Información, Fraga, aseguró que Grimau recibió un trato exquisito y que en un momento de su interrogatorio se encaramó a una silla, abrió la ventana y se arrojó por ella de forma 'inexplicable' y por voluntad propia.

Hubo más: el 17 de enero de 1969 fueron detenidos en Madrid cuatro estudiantes acusados de haber repartido propaganda contra el régimen franquista: Enrique Ruano, María Dolores González Ruiz, Abilio Villena y José Bailo. Ruano emula a Grimau: muere en el acto tras caer al patio interior del piso de la calle de General Mola donde había sido trasladado por la policía para efectuar un registro.

En 2007 dijo que el franquismo 'sentó las bases para una España con más orden'

Fraga intentó por todos los medios atribuir la causa de la muerte a la debilidad psicológica del detenido. Para ello presenta un supuesto “diario” del estudiante en el que, según el entonces ministro de Información y Turismo, se demuestra que Ruano sufría fuertes depresiones y estaba obsesión por el suicidio.

Asimismo, Manuel Fraga era responsable de la Policía como ministro de la Gobernación durante  los sucesos de Vitoria de marzo de 1976, en los que cinco trabajadores fueron asesinados y otros cien heridos por  la Policía Armada.

El 3 de marzo de 1976 era una fecha señalada en Vitoria. En enero, unos 6.000 trabajadores habían iniciado una huelga contra del decreto de topes salariales y en defensa de mejores condiciones de trabajo, y aquel día el paro era total. A las cinco de la tarde estaba convocada una asamblea general en el lugar de costumbre, la iglesia de Zaramaga. Pero, en aquella ocasión, la Policía no estaba por la labor. Al menos, eso cabe deducir de una conversación grabada entre un mando y un agente que aún se conserva. 'Haga lo que le había dicho'... '­Si me marcho de aquí, se me van a escapar de la iglesia'... ­'Oye, no interesa que se vayan de ahí'... 'Mándenos refuerzos, si no, no hacemos nada; si no, nos marchamos de aquí; si no, vamos a tener que emplear las armas de fuego'. Y así fue.

La Policía asaltó la iglesia con 5.000 almas en su interior con gases lacrimógenos y material antidisturbio. Muchos de los congregados, presos del pánico, intentaron escapar por las salidas laterales y la puerta principal, donde les esperaban los agentes y sus disparos indiscriminados. Las balas ciegas segaron la vida de cinco personas: Pedro María Martínez Ocio, de 27 años; Francisco Aznar Clemente, de 17 años; Romualdo Barroso Chaparro, de 19 años; José Castillo, de 32 años; y Bienvenido Pereda, de 30 años. Otras cien personas cayeron heridas.'¡Buen servicio!', dejó grabado un mando policial. '­Dile a Salinas que hemos contribuido a la paliza más grande de la historia. ­Aquí ha habido una masacre... ­Pero, de verdad, una masacre'.

La muerte de Fraga se produce apenas unos pocos días después de que la Comisión por la Recuperación da Memoria Histórica (CRMH) de A Coruña intentara  que el ministro franquista formara parte de la causa que instruye la jueza argentina María Servini por los crímenes del franquismo.

Una época que, según dijo Fraga en 2007, sentó 'las bases para una España con más orden'.  Para ensalzar la figura del caudillo el expresidente gallego llegó a recordar lo que en su día ocurrió en Francia con Napoleón. 'Al día siguiente de matarlo era un estropajo, pero cincuenta años después lo trajeron a París, es su héroe nacional y preside el Panteón de Hombres Ilustres', evocó para matizar: 'No digo que con Franco vaya a ocurrir lo mismo, sino que las figuras de ese calibre no se pueden juzgar hasta pasado un cierto tiempo'.

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