"Me negaban el crédito si rechazaba el 'swap'"
Tres entidades financieras provocan un agujero en su empresa de 150.000 euros
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Cansado y enrabietado, el empresario Jordi Rosell se enfrenta con las fuerzas que le quedan a las consecuencias de los swaps que firmó con tres entidades bancarias distintas: Banco Sabadell, Caixa Terrassa y Banco Santander. Las tres entidades le han reclamado un total de 300.000 euros en los últimos tres años por un producto que le vendieron como seguro y sin costes.
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"No lo entendía, me ofrecían un seguro a cambio de nada y no quise firmarlo. Entonces amenazaron con dejar de financiarme", asegura Rosell. Tras varias semanas de presiones, acabó cediendo y suscribió el swap.
Perdió un préstamo del ICF de 300.000 euros por los apuros financieros que tiene
Como consecuencia, el agujero económico que se produjo en su empresa le hizo perder un préstamo del Institut Català de Finanzas (ICF) por valor de 300.000 euros, y una subvención de la Generalitat de 25.000 euros para su proyecto empresarial, además de la confianza de sus proveedores y trabajadores, a los que ha tenido que retrasar los pagos.
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Propietario de Fleca Rosell,una empresa familiar dedicada a la producción y distribución de pan, Rosell necesitaba financiación bancaria para expandir la empresa. En 2003, los mismos directores de oficina con los que llevaba años trabajando le ofrecieron un swap vestido de "producto exclusivo para un cliente preferencial".
Cuando los tipos de interés empezaron a bajar, comenzaron a reclamarle unas cuotas que se negó a pagar. "¿Qué recibía a cambio? Nada. Entré en contacto con otros afectados y decidí interponer una denuncia", dice. Como respuesta, el Banco Sabadell le amenazó con no renovar una póliza por valor de 150.000 euros que tenía contratada si no retiraba la denuncia. "Así funcionan. La gente no quiere meterse en líos, pero no estaba dispuesto a seguirles el juego".
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Abonó los 150.000 euros y acabó ganando el juicio. "No es lo mismo tener un swap impagado que una póliza; entonces pierdes la confianza de los bancos y es imposible acceder a financiación". Desde entonces, acarrea ese agujero en sus cuentas. "Todo lo que entra se paga y se retrasa todo", asegura. Rosell denuncia una campaña orquestada a nivel global: "Empezaron a cambiar los directores de oficina para que los clientes no diesen con ellos, lo más grave de todo es que esto se ha hecho con la complicidad del Gobierno y del Banco de España".
Se siente engañado y, aunque no sirve de consuelo, son muchos los que se encuentran en la misma situación. "Mi consejo para la gente que tiene swaps es que no los pague. No hay que pagar. Así de categórico", concluye.