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Más equipos de resonancia equivale a más cirugías de espalda

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Por Amy Norton

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La creciente disponibilidadde escáneres para estudios por imágenes mediante resonanciamagnética fomentaría el aumento de cirugías para tratar eldolor de espalda, pese a las dudas sobre la efectividad de laintervención en la mayoría de pacientes, sugirió un estudio.

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Al analizar la disponibilidad de equipos de resonanciamagnética (MRI, por su sigla en inglés) en 318 ciudadesestadounidenses, los autores hallaron que los pacientes deMedicare con dolor de espalda baja tendían a acceder a uno deesos estudios si vivían en una zona con más resonadores.

Esa mayor disponibilidad de MRI estuvo asociada también conun aumento de la probabilidad de ser operado de espalda,escribió el equipo en la revista Health Affairs.

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La cirugía puede ser adecuada para algunas causas de dolorcrónico de espalda baja, como la hernia de disco o unestrechamiento del canal espinal llamado estenosis espinal.Pero, en la mayoría de personas con dolor de espalda baja sedesconoce la causa precisa de la condición y el dolordesaparece con una terapia sencilla.

Es por eso que, en general, expertos recomiendan que laspersonas con dolor de espalda baja esperen por lo menos un mespara hacerse un estudio por MRI. Y la cirugía deberíaconsiderarse sólo cuando se conoce la causa y falla eltratamiento conservador.

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El problema con el uso frecuente de MRI es que el estudio,durante el que se visualizan los tejidos blandos, como losdiscos de la columna y los músculos, puede detectaranormalidades que podrían o no originar el dolor de espalda.

De modo que la preocupación es que algunos pacientesterminarían recibiendo un tratamiento invasivo inútil, dijeronLaurence C. Baker y Jacqueline D. Baras, de Stanford UniversitySchool of Medicine, en California.

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"Existen algunas circunstancias en las que resulta útilhacer un estudio por MRI o una cirugía. Hay otras situacionesen las que no", dijeron Baker y Baras a Reuters Health pore-mail.

La necesidad individual de un estudio por MRI o una cirugíaes algo que sólo pueden decidir el paciente y el médico,agregaron.

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"Si nuestro estudio alienta a los médicos y a los pacientesa conversar sobre las pruebas y los tratamientos en cada casoparticular, es algo positivo", comentaron.

Los resultados surgen de datos de Medicare de más de666.000 casos de dolor de espalda baja tratados entre 1998 y el2005. El estudio por MRI se usó en el 16 por ciento de loscasos y se operó a casi el 3 por ciento de los pacientes dentrodel año a partir de la primera consulta médica.

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La probabilidad de hacerse un estudio por MRI aumentó conla cantidad de equipos disponibles en la ciudad.

Por ejemplo, los residentes en zonas con la mayorconcentración de equipos tuvo un 7 por ciento de probabilidadde hacerse el estudio al mes de consultar al médico; losresidentes de las zonas con menos equipos tuvieron un 6 porciento de probabilidad.

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La diferencia parecería pequeña, pero es significativa. Elequipo destacó que si todos los pacientes hubiesen vivido enzonas con la menor cantidad de equipos de MRI, se habrían hechounos 12.000 estudios menos en un año y unas 3.500 cirugíasmenos en el mismo período.

"Es el caso en el que pacientes y médicos piensanautomáticamente que a mayor tratamiento, mejor, cuando esofavorece la sobreutilización de la atención", dijeron Baker yBaras.

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"Como país debemos desarrollar una visión más equilibrada"de los servicios médicos de alta tecnología, lo que incluyeaceptar el hecho de que no siempre serán de utilidad,sostuvieron.

FUENTE: Health Affairs, online 14 de octubre del 2009.

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