Marinaleda cambia la Pasión por la fiesta civil
El pueblo sevillano celebra anualmente una Semana por la Paz y no financia la liturgia religiosa
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La Semana Santa de Marinaleda (Sevilla, 2.759 habitantes) no es seguramente lo que se le vendrá a la cabeza al lector al pensar en la popular Semana Santa fervorosa y solemne de tantos pueblos andaluces. Digamos que, si dos personas pasaran un rato hablando de esta fiesta en Marinaleda, no saldrían demasiado las palabras "procesión", "paso" o "penitencia", sino más bien "charla", "taller", "concierto" o incluso "chirigota".
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Una singularidad política está en la raíz de esta historia. El alcalde desde 1979 es Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder de la formación nacionalista de izquierdas CUT-BAI y parlamentario andaluz de IU. Palestino al cuello, su retórica y su práctica política lo sitúan en el extremo izquierdo, y en ocasiones dos pasos más allá, del arco político andaluz. Y en materia de festividades religiosas, es consecuente.
Este miércoles por la mañana, por ejemplo, no estaba como tantos otros alcaldes preparando el chaqué para la procesión vespertina, sino organizándose el día para tener tiempo de ir a recoger, a las siete de la tarde, al actor Willie Toledo, conocido por sus posiciones antiimperialistas y pacifistas. Toledo participa este jueves por la tarde en una charla sobre la situación del Sáhara Occidental (el actor Alberto San Juan, también en el programa de la charla, finalmente no puede asistir). "Marinaleda es ejemplo de que se pueden hacer cosas de otra forma, también en la cultura. Hay otra España aparte de la de las procesiones y flagelaciones", afirma Toledo.
Entonces, ¿aquí no hay Semana Santa como tal? Sí, pero el Ayuntamiento ni la financia, ni participa en calidad de tal. "La organizan las madres de los niños que hacen la comunión y el cura. Hay dos hermandades, la Virgen de la Esperanza y Jesús Nazareno. Y pocas procesiones. El primer domingo La Borriquita, el viernes Jesús Nazareno y el domingo una virgen chiquitita. En un barrio, Matarredonda, sale El Niño Perdido", resume de memoria Esperanza Saavedra, edil de Cultura.
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"Hay otra España aparte de las procesiones y flagelaciones" "Respetamos cualquier creencia, pero promovemos una cultura que abra los ojos, porque así es nuestro programa", afirma la edil. Desde hace 18 años, el Ayuntamiento celebra la Semana por la Paz durante la Semana Santa. "Al principio, la gente decía que era una locura. Ahora los mismos que van a las procesiones participan en nuestras actividades", cuenta Saavedra. El programa incluye una actuación de la academia de baile local, un show de magia, una marcha en bici, chirigotas... Este miércoles actúa un atípico grupo de sevillanas, Gente del Pueblo, con letras de corte combativo y popular, y se presenta el libro Diego Cañamero, el hombre con los pies en la tierra, semblanza del histórico líder de la izquierda agraria editada por Atrapasueños, sello emblemático de los movimientos sociales.
Este jueves es la charla con Willie Toledo sobre el Sáhara. El viernes se presenta un vídeo sobre Carlos Cano y actúa el cantaor El Cabrero, que en Marinaleda tiene hasta una barriada con su nombre, y su hijo Zapata, ambos declaradamente de izquierdas.
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El presupuesto este año es más corto que en anteriores: 40.000 euros. Y eso que juegan con ventaja. Muchos de los grupos que han participado van desinteresadamente, por sintonía política. "Ska-P vino gratis, igual que Manu Chao. El Cabrero, también", cuenta Saavedra, que presume de los nombres de las bandas que han pasado por la Semana por la Paz: Negu Gorriak, Soziedad Alkohólika, Banda Bassotti...
La apuesta cultural de Marinaleda se ha convertido ya en atractivo turístico del pueblo. De hecho -y a la espera de que concluyan las obras en el albergue-, el Ayuntamiento está habilitando el pabellón deportivo Ernesto Che Guevara para acoger a los visitantes, no demasiados, que vayan llegando.