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La 'marea violeta': "Trabajo nos sobra, queremos empleo"

Miles de personas inundaron las calles de Madrid para conmemorar el Día de la Mujer y reclamar la igualdad salarial, el derecho al aborto libre y el fin de la violencia de género.

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Ni la lluvia consiguió pararlas. A ellos tampoco. Miles de personas, mujeres y hombres de todas las edades, inundaron hoy las calles de Madrid para conmemorar el Día Internacional de la Mujer. Tras la pancarta de cabecera, con el lema Seguimos en lucha. Contra el expolio de nuestras vidas y nuestros cuerpos, los manifestantes reclamaron hoy la igualdad salarial, el derecho al aborto libre y el fin de la violencia de género, entre otras reivindicaciones.

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A los habituales cánticos feministas que acompañan estas movilizaciones ("Fuera rosarios de nuestros ovarios" o "Que viva la lucha de las mujeres"), hoy se unieron otros que mostraban la brecha que separa a hombres y mujeres de la igualdad salarial, especialmente, en la actual época de crisis. "Trabajo nos sobra, queremos empleo" o "Hasta los ovarios del Fondo Monetario" fueron algunos de los gritos más coreados durante la jornada. Salarios machistas, NO, rezaba también buena parte de los carteles.

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"Nosotras luchamos contra Franco por las libertades de todos y ahora parece que volvemos 30 años atrás", se quejó Carmen García, una mujer de 69 años que acudió a la convocatoria con sus compañeras de la Asociación de Mujeres Vecinas de Villarosa, del barrio madrileño de Hortaleza. "De pequeña viví en París y no me gustaba porque yo quería estar aquí, luchando, y aquí sigo", prosiguió Carmen. "Aún nos falta tener iguales sueldos, ocupar cargos en los Consejos de Administración y siguen muriendo mujeres por culpa de los asesinos machistas, así que aún queda mucho por hacer", concluyó.

Julián, 76 años: "A los hombres de mi edad no nos educaron y, cuando nos quedamos viudos, nos quedamos cojos"

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Julián Castejón, a sus 76 años, aún tiene la marcha suficiente para manifestarse cada día frente a su centro sanitario de referencia: el hospital de La Princesa. Acude allí puntualmente, a las 11.00 y a las 18.00 horas para defender la sanidad pública. Pero hoy, aunque denunciaba la privatización del sistema de salud, también proclamaba la igualdad entre hombres y mujeres. "A mí me habría encantado que me enseñaran a coser y a cocinar: no sé ni freir un huevo y me encantaría ser independiente", relató. "A los hombres de mi edad no nos educaron y, cuando nos quedamos viudos, nos quedamos cojos", lamentó. "Además, los hombres somos hijos de mujeres, hermanos de hermanas y padres de hijas; somos el complemento ideal unos de otros", defendió.

La marcha transcurrió, como de costumbre, de forma pacífica y amenizada por una alegre batukada. Sin embargo, el ambiente no era del todo festivo. "Hoy es un día triste porque aún tenemos que reivindicar cosas que se tenían que haber conseguido ya", opinó Marisol Panadero, educadora de 35 años, que acudió a la manifestación vestida de morado [el color feminista] de arriba a abajo. "Este año, especialmente, hemos perdido gran parte de lo que ya teníamos: la reforma laboral ha provocado que el paro afecte mucho más a las mujeres, igual que las bajadas salariales", enumeró. "La crisis está afectando a la parte más débil de la sociedad: las mujeres, los inmigrantes y los jóvenes", agregó. "Además, desde arriba [la clase política] se está vendiendo la idea a la sociedad de que somos las culpables de la crisis, por no habernos quedado en casa en vez de trabajar", sentenció.

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Los casos de corrupción también estuvieron presentes en la marcha. A las pancartas Por la Igualdad. Ni menos, ni más, se unieron también las críticas a la ministra de Sanidad -por la polémica con el confeti de las fiestas de sus hijos, presuntamente pagados por la trama Gürtel- y a la infanta Cristina, por el caso Nóos, en el que está imputado su marido, Iñaki Urdangarin. A.Mato y C.Borbón: ¿Floreros? ¡Vergüenza!, recriminaron algunos. El titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón tampoco se libró de estar en el punto de mira de la marea violeta por su anunciada contrarreforma de la Ley del Aborto. Son mis ovarios, ni de curas, ni de machos o Sé provida, respeta a las vivas y "Más educación sexual, menos represión brutal", fueron algunas de las proclamas dirigidas al ministro en forma de cartel y de viva voz, respectivamente.

Entre la multitud, mostrando su "respeto a todas las mujeres que consiguieron nuestros derechos" y denunciando que "el colectivo femenino sigue siendo vulnerable", se encontraba Beatriz, que prefirió no identificarse más.

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"Cuando me preguntaron qué quería que fuera mi hijo, dije niño, para que no tenga que sufrir lo que sufrimos nosotras"

Abrazado a ella, colgando de su cuello, iba su bebé, un niño de tan sólo seis meses de vida. "Cuando me preguntaron si quería que fuera niño o niña, dije que niño, para que no tenga que sufrir lo que sufrimos nosotras", relató, emocionada.

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Y es que su historia es demoledora. "Soy una víctima de agresión sexual", se desahogó. Una víctima que no ha conseguido justicia porque ni siquiera se atrevió a denunciar. "Nunca se lo he contado a nadie, ni a mi familia, no he podido", relató entre lágrimas. 

Sin embargo, sí quiso dar su testimonio a Público: "Denúncialo, porque si yo no me he atrevido es porque creo que no hay protección suficiente para las víctimas".

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016. Teléfono de atención a víctimas de violencia de género. Es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica. 

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