Aquellas maravillosas vacaciones en blanco y negro

En carro, en autocar, en tren, en barco o en el primer seiscientos, los viajes forman parte de nuestra historia y, aunque los motivos son parecidos -trabajo, exilio, luna de miel, vacaciones-, los destinos han variado considerablemente, como se aprecia en la exposición Álbum Familiar.

Compuesta por las historias anónimas de personas mayores de sesenta años que han buscado entre sus recuerdos aquellas imágenes tomadas entre 1890-1970 que estuvieran relacionadas con los viajes, la muestra que se exhibe en el patio de La Casa Encendida de Madrid supone una mirada hacia un pasado no tan lejano pero muy distinto.

Siguiendo con una iniciativa puesta en marcha por la Obra Social Caja Madrid, en esta décima edición, se ha querido que los ciudadanos volvieran a revisar sus álbumes familiares y que lo hicieran buscando las imágenes relacionadas con los viajes.

El resultado pone de relieve el desarrollo paulatino de la sociedad española en una historia protagonizada por aquellos que tuvieron que emigrar o los que hacían sus primeros desplazamientos con su nuevo coche o motocicleta al río, la playa, el campo, de viaje de novios, o quienes se subían por primera vez en avión, barco o tren frente a los que se desplazaban en carro o en bicicleta.

"Ha sido muy interesante comprobar que personas que no tenían fotografías relacionadas con los viajes, pero que querían participar, han reinterpretado el concepto del viaje o se lo han inventado", señaló a Efe la comisaria de la exposición, Myriam de Liniers.

Estas reinterpretaciones se pueden contemplar, por ejemplo, en la fotografía de 1890 de un soldado que viajó a Filipinas entre los 1890 y 1895 para servir al Ejército español, o los viajes imaginarios plasmados en fotos realizadas en ferias, como las remitidas por Luis Perales, Rosa Besora o Francisca Olivas que en un "yate" de feria puso a navegar sus sueños junto a un grupo de amigas en 1945.

"Es muy sugerente ver como, con mucho humor, le han dado la vuelta a la idea", declaró la comisaria, que ha participado en la selección de las cien imágenes de la muestra -entre las 400 recibidas- junto al escritor Javier Reverte y el periodista especializado en viajes Paco Nadal.

En un atractivo montaje que simula una antigua estación de tren, con sus sonidos característicos, su reloj y sus viejas maletas, las fotografías van relatando el devenir del modo de viajar que, según ha relatado la comisaria, "tanto ha cambiado. En las imágenes se puede apreciar como pasó de ser una actividad elitista a popularizarse".

En la selección de las instantáneas, la comisaria ha querido que "se vea toda la sociedad, su evolución y, a la vez, hacer un guiño con el público en torno a esos viajes imaginarios".

De Liniers ha indicado que, aunque la búsqueda de la calidad no es lo que se ha primado, "nos hemos encontrado con cosas muy interesantes como las fotografías esteroscópicas, en tres dimensiones", que se pueden contemplar a través de unos visores situados en una de las paredes de la exposición.

Estas imágenes, realizadas a principios de 1900, pertenecen a varios hermanos de una misma familia, la Bermudez-Cañete, que han participado varias ediciones en este álbum familiar.

"Hay familias enteras que han enviado fotos", ha recordado la comisaria, quien ha destacado también la presencia de varios fotógrafos amateurs que habitualmente muestran sus trabajos públicamente.

Ese es el caso de José Luis Berzal que ha presentado una imagen que tomó en la estación de Atocha, en 1970, en la que aparece un niño, solo en una sillita, delante del tren y rodeado de equipajes, o la de Gregorio Merino que muestra una excursión al Coliseo, de Roma, también en 1970.

Paralelamente a la exposición, que podrá contemplarse hasta el 29 de agosto, se ha editado un catálogo en el que se recoge una selección de 200 fotografías.