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La madre de una niña muerta por negligencia comienza una huelga de hambre

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Elena Masera, la madre de Chantal, una niña de 8 años que falleció en diciembre de 2005 como consecuencia de una supuesta negligencia médica en el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva, ha iniciado esta mañana una huelga de hambre para pedir que se ponga fecha al juicio por este caso.

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El Juzgado de Instrucción número 2 de Huelva cerró la instrucción del caso el pasado mes de marzo imputando a cuatro médicos que atendieron a la menor -uno de ellos ya fallecido- del delito de homicidio por imprudencia profesional al entender que su muerte se produjo por la tardanza en el diagnóstico de la paciente ante una mala evolución en el postoperatorio.

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En protesta por la tardanza en que se celebre el juicio, Masera ha decidido trasladarse a las puertas de la Audiencia Provincial de Huelva con una tienda de campaña, coincidiendo con el día en que su hija ingresó hace seis años en el hospital.

"Creo que es la única opción que me queda, quiero que se haga justicia, ya ha pasado mucho tiempo sin saber nada cuando el asunto debería ser una prioridad; aquí estaré hasta que el cuerpo aguante", ha dicho a Efe esta mujer, que está arropada en su protesta por parte de su familia.

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Elena Masera pretende que "se aceleren los trámites" y que "se comience a poner algo de luz a una pesadilla que llevamos a nuestras espaldas desde hace cinco años".

Por su parte, fuentes de la Fiscalía han indicado a Efe que el caso ya está asignado y está a la espera de la resolución sobre las pruebas y de poner fecha al juicio.

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La menor ingresó el 24 de diciembre de 2005 en el hospital aquejada de una apendicitis de la que fue operada satisfactoriamente, aunque, a las horas comenzó a sentir fuertes dolores intestinales, le subió la fiebre y por la noche comenzaron los vómitos y las diarreas.

Después de 48 horas en ese estado, en las que la madre asegura que informó a los médicos sin que recibiera la atención adecuada, el 27 de diciembre de madrugada los médicos decidieron su traslado a la UCI y comunicaron a la familia la gravedad del estado de la niña y la necesidad de una segunda intervención, que no pudo producirse porque la pequeña sufrió una parada cardiorrespiratoria mortal.

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Los médicos mantuvieron en todo momento que los síntomas se debían a que el postoperatorio se había complicado con una gastroenteritis. EFE

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