Un lunático con causa
Lorenzo vence en Estoril, saquea la ventaja de Rossi, cuarto ayer, y se queda a 18 puntos del liderato en el Mundial. El mallorquín, que homenajeó la llegada a la Luna de Neil Armstrong en su festejo, enciende las tres últimas carr
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Detrás de sus palabras siempre aparece un estado de ánimo. "El Mundial está acabado", soltó Jorge Lorenzo en Brno, cuando el sol apretaba en agosto. Incrédulo ante la distancia con Rossi (50 puntos), dolorido por la caída y atropellado por las emociones bajo el casco, el mallorquín necesitó varios días para encontrar argumentos con los que reinventar su objetivo. Rodeado de su entorno y perdido en ese tono reflexivo que Lorenzo ha madurado en su segundo año en MotoGP, el 99 entendió que debía azuzar de ilusiones el camino hacia el título.
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"El Mundial está muy difícil...", matizaba ya en Indianápolis, "... pero yo soy un luchador". En el trazado del óvalo, jugando a ser el Capitán América, Lorenzo se aprovechó de la caída de Rossi para soltar una sonrisa ante el mayor expolio (25 puntos) a la diferencia de Il Dottore. "Ese día, en Estados Unidos, entendí que nunca hay que dejar de creer", razona Lorenzo.
Rossi excusósu pobre imagen en problemas de gomas y de motor
Un estado de ánimo que se mantuvo impoluto en San Marino (Rossi le tomó 5 puntos) y que ayer se reactivó con el triunfo en Estoril. "El Mundial ya no está tan imposible porque Rossi sabe que estamos fuertes", defiende Lorenzo. Su causa, en Estoril, empezó con una imagen mediática (casco y mono decorados como los que lució el astronauta Neil Armstrong en su conquista de la Luna) y concluyó con un trasvase de eslogan. Porque Lorenzo ayer reinterpretó la famosa máxima de: "Un pequeño paso para el hombre, un gran paso para la humanidad", de Armstrong.
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Su victoria en Portugal, el trazado en el que conquistó su primer triunfo en MotoGP, la pista en la que nadie ha sido capaz de rodar más deprisa que él, desde que se iniciaron el pasado viernes los primeros entrenamientos libres, tiene tanto calado en el fondo como en la forma. Su monopolio, basado en una exhibición de vueltas rápidas (en tres giros, ya había destrozado, en dos ocasiones, el récord de Estoril) apareció tras una situación atípica para el mallor-quín. Por primera vez, tras muchas malas salidas que lastraban sus poles y le obligaron a ensayar la arrancada con una moto de calle, Lorenzo aguantó el arreón inicial de Pedrosa primero tras la frenada final de recta de meta, para colocarse líder después de apenas tres curvas. "Ha sido una carrera perfecta, porque nunca había conseguido salir primero y escaparme", aseguraba Lorenzo.
El undécimo podio de Jorge le valió a Yamaha para ganar el título de marcas
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Apenas Pedrosa y Stoner, que intercambiaron posiciones en pocos giros, pudieron contener el alto ritmo de carrera de Jorge, cuya marcha definitiva fue sólo una cuestión de tiempo. "Ha sido imposible seguir a Lorenzo. Me ha sorprendido que haya ido a fondo todo el rato", explicaba Dani, cuya lucha con Stoner por el tercer puesto del Mundial, puede convertirse en decisivo para la resolución final del título.
Por detrás, cada paso por meta aumentaba la fragilidad de Rossi. "No he tenido agarre en la rueda trasera y además hemos fallado en la puesta a punto", razonaba Il Dottore para explicar su desventaja de 23 segundos con Lorenzo. "Son unos puntos importantes, pero lo importante es saber dónde hemos fallado", se resignaba Rossi, a quien Lorenzo ha adelantado en el número de podios (11 por 10 del italiano) en esta temporada. Un pique de éxitos que sirvió para que Yamaha confirmase ayer su victoria en el título mundial de marcas. Otra razón más para que el lunático siga con su causa en las tres últimas carreras.