La seguridad en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 será el mayor desafío para Gran Bretaña en esta materia desde la Segunda Guerra Mundial, dijo el viernes un alto cargo.

El ministro de Seguridad, Alan West, sostuvo que los preparativos de Reino Unido para el año 2012 se estaban desarrollando "de buena manera", pero destacó que llegan en un momento de grandes restricciones económicas que han crecido debido a la crisis financiera global.

"No estamos satisfechos (...) No subestimamos la magnitud del desafío olímpico", dijo West en un seminario sobre la seguridad en los Juegos Olímpicos realizada en el Royal United Services Institute de Londres.

Se espera que los Juegos atraigan a importantes líderes mundiales, así como a 500.000 espectadores diarios, miles de atletas y numerosos funcionarios repartidos en las 30 sedes.

El evento también actuará como un imán para los grupos de protesta, atraídos por la posibilidad de dar a conocer su mensaje ante una audiencia de televisión a nivel mundial de miles de millones de personas.

La seguridad ha sido una preocupación constante presente en los Juegos Olímpicos desde que 11 miembros del equipo israelí murieron en Múnich en 1972 después de ser secuestrados por hombres armados palestinos.

Reino Unido ha sido objetivo de grupos terroristas en el pasado reciente. En julio de 2005, cuatro jóvenes musulmanes británicos llevaron a cabo un ataque suicida con bombas que mató a 52 personas en la red de transporte de la capital, el día después de la adjudicación de los Juegos a la ciudad.

"Desde este trágico suceso, el Reino Unido ha seguido teniendo un alto nivel de amenaza terrorista. Creemos que esta amenaza permanecerá durante el verano de 2012", dijo West, ex jefe de la Marina Real Británica.

"Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Londres 2012 prometen ser el mayor evento deportivo en la historia de Gran Bretaña y, posiblemente, el mayor desafío de seguridad al que nos hemos enfrentado desde la Segunda Guerra Mundial", agregó.

Los atentados que ocurrieron en Mumbai en noviembre de 2008 y, más recientemente, en Lahore fueron "una ilustración de la capacidad de los terroristas de utilizar diferentes métodos y tácticas".

Algunos expertos en seguridad han dicho que Reino Unido debería gastar al menos el doble de los 600 millones de libras esterlinas (unos 400 millones de euros) destinados a la seguridad durante los juegos.