Llega la reforma laboral española, pero ¿será suficiente?
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Por Elisabeth O'Leary
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La largamente esperada reforma del mercado laboral español, prevista para esta semana, recortará el coste de la contratación y el despido, pero podría no proporcionar la suficiente flexibilidad para eliminar las dudas de los mercados sobre la economía a largo plazo, dijeron economistas.
La reforma es clave para la capacidad de España para generar empleo, reducir su deuda y reforzarse para dar la vuelta a una economía que se contrajo un 3,6 por ciento interanual en 2009.
Pero después de una semana en la que el Gobierno anunció un plan de austeridad que había pasado meses negando que fuera necesario, algunos creen que el presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, ha despertado finalmente.
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Eso podría significar poner en marcha el tipo de medidas que reduzcan el coste de despedir a los trabajadores fijos, y cierto alivio para los mercados financieros preocupados por el tamaño y el coste de la deuda española, mientras aumenta la capacidad del país para crear empleo e impulsar los ingresos fiscales.
"Por primera vez el Gobierno ha demostrado voluntad para asumir el coste político y empezar a tomar decisiones impopulares", dijo Javier Díaz-Giménez, profesor de Económicas del madrileño IESE Business School.
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"Pero no tendrán el coraje de recorrer todo el camino y crear un único contrato laboral", declaró, añadiendo que preveía que el Gobierno recortara el coste del despido de los trabajadores fijos desde los 45 días por año trabajado, probablemente hasta los 20 días, y con un límite temporal.
LA DUALIDAD FRENA A LA ECONOMÍA
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Una de cada cinco personas en España está sin empleo, el doble que la tasa de la zona euro y el doble de la cifra de hace dos años. También hay 1,3 millones de hogares en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo.
España necesita especialmente deshacerse de una perjudicial dualidad en el mercado laboral, donde el coste de despedir a los empleados fijos está entre los más altos en Europa. Mientras tanto, el despido de los que tienen contratos temporales es prácticamente cero.
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"Espero cierta flexibilización (del mercado laboral)", dijo José Zárate, economista en 4Cast en Londres.
"(Pero) los mercados quieren una reforma laboral al estilo de la de Reino Unido, y eso no va a suceder. Así que no les gustará".
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Además, el desempleo se sitúa en el 40 por ciento entre los jóvenes, mientras que los trabajadores de más edad representan el grueso de los contratos fijos, lo que merma la productividad.
"El resultado de no llevar esto adelante podría ser catastrófico", dijo Zárate, refiriéndose a los efectos secundarios de un alto nivel de paro: consumo deprimido, menores ingresos fiscales y mayores desembolsos en prestaciones.
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hasta ahora - falta de voluntad de Zapatero para sacarlas adelante.
Sin embargo, la situación ha cambiado ante la nueva presión de la UE y el nerviosismo del mercado sobre el euro y sus miembros tras las repercusiones del paquete de rescate griego. La reforma pactada parece estar más cerca, y la prensa dijo este fin de semana que Zapatero ha dado un ultimátum de 10 días.
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El peligro podría ser que, con las prisas de presentar algo a los mercados, el Gobierno apruebe un proyecto de ley que parezca bueno en un principio pero que después sea considerado débil.
"Se hará de forma forzada y será de baja calidad, algo que en el largo plazo tendrá que rectificarse", dijo Josep Soler, economista y director en la escuela de negocios de Barcelona IEF.
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"Inicialmente (el mercado) tendrá una reacción positiva ... para que el día después, cuando la gente se dé cuenta que no hay medidas que incentivan el empleo, responderá mal", declaró.