Llega a España el torpedo tranquilo
Un submarino sin motor ha logrado atravesar el Atlántico en 225 días. Durante su viaje ha tomado datos sobre salinidad o densidad del mar útiles para entender el cambio climático
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El Caballero Escarlata necesitó 225 días para recorrer los 7.400 kilómetros que separan la costa de Nueva Jersey (EEUU) de la de Baiona (Pontevedra), donde llegó ayer.
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Esta especie de torpedo tranquilo y bienintencionado puede parecer inexplicablemente lento (avanzaba a 15 cm. por segundo), pero su viaje adquiere talla de hazaña cuando se conoce que lo realizó sin motor.
Es el primer artefacto de estas características que atraviesa el Atlántico y, como otras máquinas pioneras de la exploración, descansará en uno de los Museos de la Institución Smith-sonian de Washington. Allí podrá contemplarse junto al Spirit of St. Louis, el avión con el que Lindbergh cruzó por primera vez el Atlántico sin escalas, o el módulo de mando del Apolo XI.
El Caballero Escarlata, lanzado al mar por la Universidad de Rutgers, es el primero que sobrevive a la odisea, pero ya ha habido otros que lo intentaron y no alcanzaron la costa. En un intento anterior, patrocinado por la misma institución, otro submarino sin motor se perdió a la altura de las Azores, con más de la mitad del camino recorrido. Una filtración de agua hizo que el submarino se hundiese en día y medio.
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El profesor Scott Glenn, uno de los responsables del proyecto, cree que la fuga pudo provocarla un gran pez que chocó contra el torpedo. La nueva versión ha contado con una protección de titanio para defenderse de amenazas similares.
En su recorrido, el Caballero Escarlata, como un pequeño buque oceanográfico, ha recogido información sobre la densidad o la salinidad del océano. Después de sumergirse a profundidades de hasta 200 metros, cada seis u ocho horas salía a la superficie y enviaba los datos al centro de control en la Universidad de Rutgers.
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Estos datos permitirán estudiar los efectos del cambio climático en los océanos. Los promotores de esta sonda submarina creen que el éxito de este prototipo demuestra sus posibilidades para crear un sistema de recogida de datos en el mar ecológico y barato. De hecho, la Universidad de Rutgers ya cuenta con veinte torpedos similares, aunque con menor alcance, que le han servido para estudiar el Mediterráneo o las costas antárticas.
Una de las innovaciones más interesantes del nuevo submarino son las baterías de litio que sirven para mover el pistón que cambia la flotabilidad del artefacto, haciéndole ascender o descender.
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Estas baterías, que ocupan el 40% del submarino, cuestan unos 25.000 dólares y permiten propulsarlo utilizando sólo la energía necesaria para iluminar seis luces de Navidad. Con esta tecnología, que sustituye a las pilas alcalinas que se empleaban en otros planeadores marinos, el Caballero Escarlata hubiera podido permanecer en el mar durante más de un año.
Este planeador marino llegó al puerto de Baiona por dos motivos. Uno, simbólico. En 1493, la carabela La Pinta llegó al puerto gallego para anunciar, en exclusiva para Europa, el descubrimiento de América. Y otro, técnico. "El equipo estadounidense confió en nuestra información sobre las corrientes para dirigir el submarino por el camino más adecuado", explicó Luis Mariñas, de Puertos del Estado, la institución dependiente de Fomento que ha coordinado la participación española en el proyecto.
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En la llegada del Caballero Escarlata a buen puerto también colaboró la Universidad de Las Palmas, que a partir de los datos obtenidos por el sistema de boyas de Puertos del Estado elaboró un software para poder hacer predicciones sobre las corrientes que debería evitar o aprovechar el submarino de Rutgers.
Para celebrar este nuevo hito en la historia de los periplos transatlánticos, ayer, en Baiona, el ministro de Fomento, José Blanco, recibió al robot junto al representante de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca, Jerry Miller. Y estuvieron acompañados por muchos estudiantes, porque uno de los objetivos de los planeadores de Rutgers es atraer el interés de los futuros oceanógrafos a través de la épica de aventuras como la que ayer completó el Caballero Escarlata.
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Otros responsables del proyecto, como Zdenka Willis, directora del Sistema Integrado de Observación de los Océanos de la Administración Atmosférica y Oceánica (NOAA) de EEUU, no sólo celebran el hito. "Obtener esta información vital del océano suele ser caro y difícil, pero los planeadores nos están ayudando a explorar el mar de una manera más económica y segura", aseveró.
La colaboración española en aventuras como esta va a continuar. El ministro de Fomento ya tiene prevista una reunión con representantes de EEUU en Washington para hablar de nuevos proyectos.