Llamamiento al Papa para que acuda a Colombia a mediar en la liberación de los rehenes

El Comité de Apoyo y la familia de Ingrid Betancourt lanzaron hoy un llamamiento al papa Benedicto XVI para que acuda a Colombia y medie en la liberación de los rehenes de las FARC, en un acto ante la catedral parisina de Notre Dame.

El Pontífice tiene "el poder de movilizar al Gobierno colombiano" y puede "encarnar la esperanza" que necesitan los rehenes de la guerrilla, declaró el portavoz del Comité, Hervé Marro, a pocos metros de los centenares de velas que los parisinos depositaron hoy frente al monumento religioso en favor de la franco-colombiana.

El Papa "realiza cada año visitas pastorales a varios países, es factible que vaya a Colombia. El momento es bueno porque la esperanza es muy grande y existe una verdadera urgencia", precisó Marro, interrogado por EFE.

Una eventual visita del Papa a Colombia se explicaría además, según Marro, por "el compromiso" de la Iglesia católica para mediar en un acuerdo humanitario, que permitiría el canje de 45 secuestrados de las FARC por medio millar de guerrilleros presos.

Centenares de parisinos acompañaron esta tarde en Notre Dame al ex marido de Betancourt Fabrice Delloye y a los hijos de la pareja, Melanie y Lorenzo, en su lucha diaria para pedir la liberación de la ex candidata presidencial de los Verdes.

La familia reiteró su petición a Uribe de que devuelva el gesto "unilateral y de buena voluntad" de las FARC que esta semana anunciaron la próxima liberación de la compañera de partido de Betancourt en las elecciones, Clara Rojas, del hijo de ésta, Emmanuel, de tres años, y de la ex senadora Consuelo González de Perdomo.

Melanie expresó su deseo de que su puesta en libertad se realice antes del próximo lunes, tal y como han anticipado algunos medios latinos. "Sería el mejor regalo de Navidad para sus familias", declaró.

"Estas velas" colocadas ante Notre Dame "representan la esperanza de que mamá y todos los rehenes regresarán con vida", dijo por su parte su hermano, Lorenzo.

"Debemos impedir que Uribe lleve a cabo una acción militar que supondría la muerte de los rehenes. Queremos que el presidente envíe un mensaje de Navidad" a los secuestrados para prometerles que serán liberados, recalcó Lorenzo.

Los dos hermanos insistieron en que "la pelota está en el campo de Uribe". "Una vez los tres rehenes hayan sido liberados, deberá hacer un gesto" para permitir el acuerdo humanitario.

Pidieron una vez más al presidente colombiano que acepte la propuesta de las FARC de crear una zona desmilitarizada en los municipios de Pradera y Florida, en el Valle del Cauca, para poder iniciar las negociaciones en vistas al canje de prisioneros por rehenes.

Bogotá se opone sin embargo a dar su acuerdo, al alegar que en esta zona viven 110.000 personas, susceptibles de ser secuestradas por las FARC. El Gobierno, propone un área de encuentro "rural y deshabitada", a lo que se niega a su vez la guerrilla.

La familia de Betancourt fue interrumpida durante el acto por un grupo de colombianos que acusó a ésta de apoyar a las FARC, Melanie tomó la palabra para defenderse de este "ataque injusto", que también les reprocha Bogotá.

Entre los rehenes de la guerrilla, "también hay soldados. ¿Es qué Uribe ha hecho algo para liberarlos? No, ha dibujado una cruz sobre ellos, dándolos por muertos", dijo la hija de Betancourt.

"Nosotros sólo queremos la paz. Sólo queremos el diálogo entre las FARC y el Gobierno", añadió por su parte su padre, Fabrice.

La campaña para la liberación de Ingrid Betancourt se ha intensificado en las últimas semanas gracias a la mediación del presidente venezolano, Hugo Chávez, y a la consiguiente divulgación de las pruebas de vida de la rehén.

En Francia, ha encontrado un apoyo creciente de los poderes públicos, empezando por el presidente, Nicolás Sarkozy, quien ha hecho de la liberación de la rehén una de sus prioridades.

El arzobispo de París, André Vingt-Trois, fue el último en sumarse a este apoyo, al recibir hoy a Melanie y a Lorenzo y divulgar un comunicado para expresar la solidaridad de la Iglesia Católica francesa con Betancourt.