Latinoamérica y su literatura protagonizan la Feria del Libro de Madrid, que abrió hoy las puertas de su 67 edición con el atractivo de ser la mayor cita con los libros al aire libre del mundo.

Con el reto de promocionar las nuevas voces de la literatura latinoamericana y fortalecer los lazos económicos entre las dos orillas del Atlántico, la fiesta cultural por antonomasia de la primavera española fue inaugurada, bajo la amenaza de la lluvia, por la infanta Elena, hija mayor de los Reyes de España.

Muchos meses de trabajo silencioso dieron paso al bullicio que acompaña la apertura de las casetas ubicadas en el parque de El Buen Retiro de Madrid, en el que hasta el próximo día 15 de junio se podrán escuchar las voces más emergentes y las más consagradas.

Unas propuestas que vendrán de la mano de una treintena de escritores como el argentino Ricardo Piglia, los colombianos William Ospina, Juan Gabriel Vásquez y Roberto Burgos, el brasileño Joao Cuenca, el portugués José Luis Peixoto, la mexicana Sandra Lorenzano, el peruano Alonso Cueto y el boliviano Edmundo Paz Soldán.

Pero también habrá espacio para voces autorizadas, como la del Premio Cervantes Jorge Edwards o el peruano Mario Vargas Llosa.

Por vez primera, Chile contará con un quiosco propio en el que el visitante podrá degustar desde la tradicional poesía de Pablo Neruda a la más contemporánea de Arturo Fontaine; o desde el ensayo filosófico o científico de Carla Cordua o Humberto Maturana hasta la edición ilustrada de los diarios de Darwin a su paso por Chile.

En total los visitantes pueden recorrer 364 casetas, una veintena más que en la pasada edición.

De los puestos instalados, más de un centenar corresponden a librerías y 259 a editores.

También tiene una significativa presencia el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina, el Caribe, España y Portugal (CERLALC), organismo dedicado a promover la libre circulación de los libros entre los países iberoamericanos.

En una entrevista con Efe, su directora, Isadora de Nordem, dijo que ese organismo tenía mucho interés en que Latinoamérica tuviera una "presencia importante" en el certamen madrileño, que es visitado por más de dos millones de personas.

Isadora de Nordem se mostró convencida de que el desconocimiento que hay de los escritores latinoamericanos en Europa se debe a que, pese a ser "muy talentosos", no han tenido oportunidad de que se les conozca internacionalmente, tanto los más jóvenes como algunos de más edad.

Por ello el CERLALC, que dispone de cinco casetas en la feria, ofrece a los lectores 1.800 títulos que se inscriben en los géneros de novela, poesía, ensayo, literatura infantil y juvenil, así como textos galardonados con premios nacionales en su países de origen.

Ello se completa con un amplio programa de actividades culturales tanto en el escenario de la feria como en instituciones emblemáticas de Madrid, sin olvidar a los inmigrantes latinoamericanos a los que también se les dedica una programación especial.

El primer debate con autores de la otra orilla se celebrará mañana, sábado, y en él participarán la veterana Luisa Valenzuela y Fernando Iwasaki, Juan Carlos Méndez Guédez y Andrés Neuman.

Todos ellos reflexionarán sobre las "Voces de la narrativa breve latinoamericana".

El domingo, la feria anuncia la presencia del uruguayo Eduardo Galeano, que firmará su último libro "Espejos. Una historia casi universal".

Las actividades se extenderán hasta el próximo 15 de junio por toda la feria, que servirá de escenario de presentaciones de libros y encuentros con escritores.

Entre los más esperados figuran el estadounidense Ken Follet, con su obra "Un mundo sin fin", y el español, Carlos Ruiz Zafón, que acaba de publicar "El juego del Ángel".