El ministro francés de Exteriores, Bernard Kouchner, instó hoy a sus compatriotas a seguir trabajando en Argelia, tras el atentado de anoche cerca de Argel en el que murieron trece personas, incluido un ingeniero galo.

La empresa Razel para la que trabajaba el ingeniero anunció su decisión de repatriar hoy mismo a los otros tres franceses que trabajaban en la misma obra y, después de repasar la situación con ellos, verá si podrá volver a enviar a personal galo a Argelia.

Argelia es un país "donde debemos seguir trabajando", aunque es "un país peligroso", dijo Kouchner en la emisora "RTL", al señalar que hubo cinco atentados en unos días.

Añadió que las relaciones comerciales entre los dos países son "muy importantes" y "hay que desarrollarlas".

Preguntado sobre si Francia lanzará nuevas consignas de seguridad a sus nacionales en el país magrebí, respondió con una negativa, si bien recalcó la necesidad de ser "prudente".

Kouchner, quien señaló que nadie se ha atribuido el atentado de anoche, dijo que las autoridades argelinas están "determinadas" a seguir combatiendo el terrorismo.

La Fiscalía de París ha abierto una investigación judicial preliminar, encargada a la Dirección de Vigilancia del Territorio (DST, el contraespionaje francés), que concierne los cargos de asesinatos y asociación de malhechores con fines terroristas.

Al menos trece personas murieron en la explosión de dos bombas en la zona de Beni Amran, provincia de Boumerdes, en el norte de Argelia, que fuentes próximas a los servicios de seguridad argelinos creen que es obra de miembros de la organización terrorista islamista Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI) que dispone de numerosas brigadas muy activas en el país norteafricano.

Las dos bombas tenían como objetivo a la empresa Razel, encargada de hacer obras en la zona y que en septiembre pasado ya fue objeto de un atentado, en el que dos franceses y un italiano habían resultado heridos y cuya autoría fue reivindicada entonces por AQMI.