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Karzai repetirá mandato por la retirada de su rival

La Comisión Electoral Independiente anula la segunda vuelta y proclama vencedor al actual presidente de Afganistán. Abdullah denuncia que "ganar sin elecciones es un golpe de Estado"

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El interminable culebrón electoral afgano parece tocar a su fin. La Comisión Electoral Independiente (CEI) declaró ayer vencedor al actual presidente de Afganistán, Hamid Karzai, a pesar de quedar demostrado que cometió fraude masivo durante la primera vuelta, celebrada el pasado 20 de agosto, en la que la Comisión de Quejas Electorales le anuló más de un millón de votos sospechosos.

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La inesperada renuncia, el domingo, de su rival, el doctor Abdullah Abdullah, ha precipitado los acontecimientos y ha llevado a la Comisión a anular la segunda vuelta, prevista para el próximo sábado 7 de noviembre, a la que Karzai se hubiera presentado como único candidato.

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"Anular la segunda ronda evitará más violencia y ahorrará gastos", dice la CEI

El encargado de dar la buena nueva al flamante presidente fue el responsable de la CEI, Azuzullah Ludin, quien explicó que la suspensión de la segunda vuelta "evitará más violencia y ahorrará gastos innecesarios". Pero la oposición parece no estar conforme y Abdullah ha declarado a través de su portavoz Mehidi que la legitimidad de Karzai no está clara. "Ganar sin elecciones es un golpe de Estado", ha afirmado, a pesar de que el ex ministro de Exteriores renunció voluntariamente a la segunda vuelta y no planteó ninguna alternativa legal.

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Ludin es un personaje conflictivo, en el centro de la discordia desde el principio bajo sospecha de favorecer a Karzai, hasta el punto de que Abdullah exigió su dimisión como condición sine qua non para presentarse a la segunda vuelta.

La decisión pone fin a dos meses y 13 días de embrollo, con un guión electoral plagado de agrios intercambios entre los candidatos por las acusaciones de fraude, un polémico y lento recuento de la primera vuelta, negociaciones secretas para un Gobierno de coalición frustrado, un desfile de altos cargos internacionales en Kabul y un sinfín de esfuerzos diplomáticos en la sombra acompañados de la siempre presente violencia talibán y el sacrificio de vidas en pro de la democracia. Un cúmulo de despropósitos que en su conjunto han provocado el hastío y la apatía de la mayoría de los votantes, por lo que se preveía una muy baja participación en la malograda segunda vuelta.

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Tras dos meses y medio de embrollo, se preveía una muy baja participación

Con este desenlace, las elecciones se convierten en un fiasco para la comunidad internacional, que invirtió 223 millones de dólares en la celebración de una primera vuelta ensombrecida por el fraude masivo cometido por todos los candidatos, pero en mayor medida por el campo del presidente saliente, al que le anularon un millón de papeletas, perdiendo de esa manera la mayoría absoluta y quedándose con el 49,67%. La presión internacional obligó a Karzai a entonar un mea culpa y tragar con las acusaciones de fraude, aceptando participar en una segunda vuelta (finalmente anulada) contra su rival, quien obtuvo el 30,59% de los votos en el recuento definitivo. "Tenemos la sensación de que todo esto no ha servido para nada" declararon a Público fuentes diplomáticas que participaron en el proceso electoral.

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La comunidad internacional felicitó a Karzai, y la Casa Blanca proclamó que es "el líder legítimo de Afganistán", por lo que el presidente Barack Obama le telefoneará próximamente. Los gobiernos francés y alemán le pidieron que luche para garantizar la seguridad y que actúe contra la corrupción, mientras que el ministro de Exteriores francés, Bernard Kouchner, precisó que ahora debe formarse un Gobierno en Kabul que sea aceptado por todas las partes. "No hay nada ganado si no nos hemos ganado la mayoría de los corazones del pueblo afgano", subrayó Kouchner.

El redoble de tambores estuvo ayer acompañado de la presencia en Kabul del secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien pidió a Karzai, en unas declaraciones a la televisión qatarí Al Jazeera, que forme "un nuevo Gobierno que pueda trabajar con la comunidad internacional, con buenos programas y con consenso político".

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El secretario general mantuvo una reunión con el personal de UNAMA, la misión de la ONU en Afganistán, que se inició con un minuto de silencio en memoria de los cinco miembros de la organización asesinados durante el ataque talibán a la residencia en Kabul donde se hospedaban.

"Desgraciadamente, la ONU se ha convertido en un objetivo. Podemos serlo de nuevo, porque han estado observando dónde vivimos, dónde dormimos, y se han preparado con todas sus armas, y tenemos que estar preparados para eso", advirtió. Ban Ki-moon anunció que Karzai ha prometido destinar mil policías afganos a la seguridad específica de los miembros de la ONU en todo el país.

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