El presunto criminal de guerra serbobosnio, Radovan Karadzic, detenido anoche en Serbia, vivía y trabajaba con falsa identidad en Belgrado, dedicado a la medicina alternativa, informaron hoy las autoridades serbias.
Karadzic, de 63 años, fue detenido la noche pasada en un autobús "en los alrededores de Belgrado, mientras se trasladaba de un punto a otro", declaró en rueda de prensa el encargado serbio de cooperación con el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY), Rasim Ljajic.
La operación comenzó en la tarde de ayer después de que se siguiera por un tiempo a un grupo de personas que supuestamente formaban parte de una red de apoyo a Karadzic.
Ljajic se negó a revelar más detalles sobre el arresto, al insistir en que los datos operativos puedan ser usados en el futuro en la búsqueda de los otros dos acusados todavía prófugos de la Justicia internacional, Ratko Mladic y Goran Hadzic.
Karadzic se escondía bajo identidad falsa, empleando documentos a nombre de Dragan Dabic, y trabajaba en un consultorio privado, dedicado a la medicina alternativa en el municipio de Nueva Belgrado.
El fiscal serbio encargado de coordinar el "plan de acción" de captura de los acusados de crímenes de guerra, Vladimir Vukcevic, explicó en la misma rueda de prensa que Karadzic "fue tan convincente con su falsa identidad que se movía con libertad por la ciudad, hasta aparecía en lugares públicos".
"Es un hecho que ni los del consultorio donde trabajaba ni quienes le alquilaban el piso sabían de quién se trataba", declaró Vukcevic, que también recalcó que las autoridades serbias no tuvieron ayuda de servicios secretos extranjeros en la operación de seguimiento y captura de Karadzic.
"Lo hicimos solos, sin la ayuda de fuera", confirmó el fiscal.
Vukcevik anunció también que el procedimiento legal para la extradición de Karadzic al TPIY empezó con el interrogatorio del detenido esta madrugada por un juez de instrucción y explicó que el proceso podría durar un máximo de nueve días.
Por su parte, Ljajic destacó que "hay determinación absoluta" de las autoridades de Serbia para completar la cooperación con el TPIY y que "este caso ha mostrado que no elegimos el lugar, el tiempo ni qué acusado será detenido y extraditado".
Recordó que las presiones internacionales sobre Serbia se centraban ante todo en el arresto de Mladic, ex comandante militar serbobosnio que según afirmaciones de la fiscalía del TPIY se esconde en Serbia.
"Pocos esperaban que eso iba a ocurrir con Karadzic, pero las actividades operativas que hemos tenido llevaron a que éste sea localizado y arrestado", indicó.
En la rueda de prensa, fue mostrada una foto del ex presidente serbobosnio, en la que se le ve con una larga barba blanca, pelo canoso y con gafas, y algo más delgado que en sus últimas apariciones públicas.
La captura y extradición de los inculpados por el TPIY es la condición crucial planteada a Serbia en su proceso de acercamiento a la Unión Europea (UE).
En Belgrado, el Ministerio del Interior informó hoy de que la situación de la seguridad está bajo el control aunque en estado de alerta.
La noche pasada, dos grupos de ultranacionalistas de entre 10 y 15 personas se congregaron en el centro y frente al edificio de la sala especial de crímenes de guerra del Tribunal de Belgrado, donde Karadzic fue interrogado, aunque no se produjo ningún incidente.
Los ciudadanos de la capital comentan de diferente manera el arresto de Karadzic, que unos apoyan y otros critican, pero prefieren no revelar su identidad ante la prensa.
"Fue una sorpresa porque nadie creía que Karadzic estaba en Serbia, de él no se hablaba desde hace mucho. Y más aún que vivía una vida normal, si así se puede llamar a eso", declaró a Efe un belgradense de unos 50 años de edad.
Un taxista dijo que "eso posiblemente será bueno para Serbia, pero cuando pienso que hay tantos criminales nazis de la Segunda Guerra Mundial en libertad todavía a sus 90 años de edad, entonces digo que en realidad no hay justicia".
Unos ancianos criticaron el arresto de Karadzic al asegurar que "para los serbios no hay justicia en La Haya" y no ven como buen paso su extradición.
Karadzic, de 63 años, está acusado de genocidio en relación a la matanza de hasta 8.000 varones musulmanes de Srebrenica en julio de 1995, cuando las tropas serbobosnias conquistaron ese enclave oriental bosnio, entonces protegido por la ONU.
Se le inculpa también de crímenes de guerra durante el asedio de Sarajevo por las tropas serbobosnias en la guerra (1992-1995).
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